El huracán Otis tocó tierra el miércoles cerca de Acapulco, México, en la costa del Pacífico, como huracán de categoría 5, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.
El NHC dijo que Otis tenía vientos máximos sostenidos de 165 millas por hora (265 kilómetros por hora) cuando chocó contra la costa.
“Es probable que se produzcan daños catastróficos cuando el núcleo del huracán se desplace hacia la costa”, advirtió el NHC.
Se pronostica que el huracán alcance hasta 38 centímetros (15 pulgadas) en algunas regiones, lo que genera preocupaciones de inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra y una marejada ciclónica “que amenaza la vida” en las regiones montañosas de Guerrero, dijo el centro.
¿Cómo han respondido las autoridades?
Estaba vigente una advertencia de huracán para la costa desde Punta Maldonado hasta Zihuatanejo.
Las autoridades cerraron el puerto de Acapulco y se desplegaron más de 8.000 soldados para operaciones de rescate. El gobierno del estado de Guerrero dijo que también estaba preparando 396 albergues. Las escuelas en Guerrero han sido cerradas como medida de precaución.
“No haremos ningún recorrido hoy”, dijo Carolina Torres, operadora de embarcaciones turísticas de Acapulco. “Si esto nos afecta, será muy grave para nosotros”.
Se esperaba que la tormenta se debilitara el jueves, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
El cambio climático intensifica las tormentas
Cada año, México enfrenta huracanes en sus costas del Pacífico y del Atlántico, generalmente de mayo a noviembre.
Tan solo esta semana, la tormenta tropical Norma se cobró tres vidas en México, mientras que a principios de mes, el huracán Lidia de categoría 4 provocó dos muertes.
Mientras tanto, en el Atlántico, el huracán Tammy avanza hacia el noreste con vientos de 75 mph.
Los científicos advierten que con el cambio climático, las tormentas y otros fenómenos meteorológicos extremos están aumentando en intensidad.
kb,ss/rt (AP, AFP, Reuters)
