Ahora que los Estados miembros han logrado superar el estancamiento político en las reformas de asilo y migración de la UE, un acuerdo sobre el Pacto de la UE sobre Migración y Asilo puede estar a nuestro alcance.

Al iniciar sus negociaciones finales, el Parlamento tiene un papel importante que desempeñar para garantizar que el pacto supere (en lugar de consolidar) algunos de los desafíos más apremiantes que enfrentan las personas que buscan protección en Europa hoy en día. El Comité Internacional de Rescate (IRC) insta a los eurodiputados a mantenerse firmes en tres cuestiones clave.

En primer lugar, todas las personas en movimiento deben ser tratadas con dignidad y respeto en Europa, independientemente de cómo lleguen. Según una encuesta reciente del IRC, el 83 por ciento de los que llegan a Italia este verano se sienten poco o mal informados sobre su situación legal. La prestación de asistencia jurídica gratuita es vital para que las personas conozcan sus opciones y tengan más probabilidades de que su solicitud de asilo sea examinada de manera justa.

Mientras tanto, como está consagrado en la legislación de la UE, nadie debería enfrentarse a un recurso sistemático a la detención, especialmente los niños. Nuestros equipos en Grecia son testigos cada día de los graves impactos de la contención. Actualmente hay más de 15.000 personas atrapadas en instalaciones similares a prisiones, lo que tiene un costo devastador, y muchos reportan síntomas de depresión y ansiedad, e incluso pensamientos suicidas. Este modelo no debería replicarse en toda Europa.

En segundo lugar, es bienvenido el enfoque del pacto en la solidaridad y el reparto de responsabilidades. Sin embargo, la prioridad debe ser reubicar a las personas fuera de las fronteras de Europa. Si un Estado miembro opta por no ayudar con esto, debería contribuir financieramente. Luego, estos fondos deberían invertirse en proteger y defender los derechos de las personas, sin impedirles llegar a Europa a cualquier precio.

Más de un tercio de los hogares de solicitantes de asilo entrevistados por el IRC en Italia vivían en las calles debido a la escasez de alojamiento temporal y a largo plazo, y el 40 por ciento necesitaba ropa, mantas y otros artículos esenciales. Los países fronterizos de la UE no deberían verse obligados a asumir únicamente la responsabilidad de los recién llegados. Hacemos un llamado a los eurodiputados para que sigan presionando por la reubicación, incluso para que más personas puedan reunirse con sus familiares en otros Estados miembros de la UE.

Por último, deben cesar las reacciones negativas. Los equipos del IRC en Grecia, Serbia e Italia han escuchado testimonios y han sido testigos de las lesiones sufridas por refugiados que denuncian haber sido atacados por las autoridades en las fronteras de Europa. Toda persona tiene el derecho fundamental a solicitar asilo y los eurodiputados tienen el deber de garantizar que se respete.

Es perfectamente posible forjar un sistema que funcione para los solicitantes de asilo y las comunidades de acogida.

Si bien el pacto prevé establecer mecanismos de vigilancia fronteriza, a menos que estos mecanismos sean más fuertes e independientes, corren el riesgo de convertirse en una ‘hoja de parra’ detrás de la cual las violaciones pueden continuar sin ninguna consecuencia o supervisión real.

Además de defender el derecho de las personas a solicitar asilo, la UE debe ampliar las rutas seguras para que, en primer lugar, las personas no se vean obligadas a arriesgar sus vidas en viajes peligrosos. El reasentamiento de refugiados, por ejemplo, permite a los Estados miembros de la UE proporcionar un salvavidas a los más vulnerables, pero la UE acogió solo al uno por ciento de quienes necesitaban esta herramienta a nivel mundial en 2022. La adopción formal del Marco de Reasentamiento de la Unión sería un paso importante paso hacia un enfoque más humano, predecible y ordenado.

Con los valores de la UE en juego, es vital que el Parlamento se mantenga firme en sus posiciones y mantenga la presión para garantizar que los derechos fundamentales estén en el centro del pacto de la UE. Es perfectamente posible forjar un sistema basado en la justicia y la humanidad que funcione tanto para los solicitantes de asilo como para las comunidades de acogida. Contamos con el Parlamento para que esto suceda.