Cómo aprovechar al máximo el verano en Bruselas
Bruselas, que no tiene salida al mar, no es el destino de verano más obvio, pero eso no significa que no haya mucho para disfrutar. Ya sea que estés de vacaciones en casa o que todavía tengas que trabajar duro para quedarte en la ciudad, aquí tienes ocho ideas para mejorar tu estancia en Bruselas durante el verano.
1. Guinguettes
Las numerosas Guinguettes de Bruselas son las estrellas indiscutibles de la temporada soleada de la ciudad. Están inspiradas en los cafés al aire libre de París, que surgieron a lo largo de las riberas de los ríos a finales del siglo XIX. Su popularidad se debió a una exención de impuestos sobre el alcohol, lo que los hizo más asequibles. Los encantadores puestos al aire libre han vuelto a aparecer en los últimos años, apareciendo en parques de toda la ciudad. Desde Chez Emile en Dudenpark, adorado por sus vistas al horizonte de la ciudad, o el que da al Atomium, hasta una Guinguette sobre ruedas en el entorno histórico de la abadía de La Cambre, cada uno tiene su propio encanto.
2. Flujo
Para disgusto de muchos habitantes, Bruselas no cuenta con una piscina al aire libre desde los años 70. La iniciativa comunitaria “Pool is Cool” quiere cambiar eso. Este grupo de apasionados habitantes de la ciudad, con experiencia en urbanismo, diseño y producción cultural, se hartó de la falta de voluntad política y tomó cartas en el asunto. En 2021, pusieron en marcha el proyecto participativo “Flow” en una zona industrial desocupada de Anderlecht. La piscina es un sistema modular hecho de estructuras de metal reciclado y madera recuperada o sostenible, que forma una piscina de 17 x 7 m. Antes o después de un chapuzón, se puede descansar en una de las terrazas de madera. Un vibrante programa cultural, desde proyecciones de películas hasta fiestas, completa la oferta estival.
Novedad esta temporada: una sauna alimentada con energía verde.
3. Azotea de Soko
¿Qué sería una guía de verano sin una azotea? Soko es, sin duda, el mejor de la ciudad. Con unas vistas panorámicas inigualables del inmenso bosque de Sonian, Soko ocupa el piso 11 de un modesto edificio de oficinas. Su ubicación en el extremo sureste de Bruselas lo hace apartado, pero el viaje siempre vale la pena. Una vez allí, te recibirá un diseño moderno, cócteles bien mezclados y un ambiente agradable. Soko es un lugar espectacular para contemplar la puesta de sol, aunque incluso los días lluviosos son agradables gracias a los ventanales del suelo al techo.
4. Verano en Vaux-Hall
Durante los meses de verano, la oferta cultural de Bruselas se extiende a sus espacios verdes, como el Parque Real en el centro de la ciudad. Vaux-Hall, una estructura bellamente restaurada que se esconde parcialmente detrás del Teatro Real, fue construida en 1782, inspirada en los jardines de recreo de Vauxhall, contemporáneos de Londres. El lugar se utilizó originalmente para obras de teatro y conciertos, que Vaux-Hall Summer Breathes traslada al presente con un rico programa artístico que abarca desde cine al aire libre bajo un cielo estrellado hasta sesiones de DJ y talleres de baile.
5. Deportes acuáticos urbanos
Muchos belgas emigran en verano a las Ardenas para practicar kayak y otras actividades acuáticas, especialmente en el río Lesse, que suele estar tan abarrotado de remadores que suele sufrir atascos. Evite las multitudes y adéntrese en el canal de Charleroi de Bruselas. El paisaje industrial de los alrededores ofrece sus propios encantos. El club de kayak CRBK en Anderlecht tiene todo lo necesario para empezar a remar. El equipo ofrece a los principiantes una breve introducción.
6. Fiesta de las Brigittines
Todos sabemos lo inestable que puede ser el clima belga. Para las inevitables noches de lluvia, una hermosa capilla del siglo XVII en el centro de la ciudad ofrece un refugio fascinante: es la sede de Les Brigittines – Playhouse for Movement, que organiza un festival de arte internacional cada verano mientras gran parte de la escena artística de Bruselas está de vacaciones. Se centra en la danza contemporánea y la performance en el sentido más amplio. Este año, el tema es “Zonas a la deriva y remolinos”, inspirado en un libro del escritor islandés Jón Kalman Stefánsson. El programa incluye once espectáculos, incluidos seis estrenos belgas.
7. Helado a la belga
Los aficionados a los helados de la vieja escuela se dirigen al Glaciar Zizi, una institución de Bruselas. La heladería familiar situada en la Rue de la Mutualité de Uccle produce sabores artesanales sin conservantes ni colorantes artificiales desde 1948. Aquellos que tienen la paciencia de hacer cola de vez en cuando se ven recompensados con una amplia gama de helados y sorbetes, desde los tradicionales de fresa y chocolate hasta opciones más creativas como el cuberdon y el de lavanda. Un punto de encuentro más reciente en el mundo de los helados es Oui Oui, en el moderno barrio de St. Gilles. Todo, desde los conos hasta las granas, es completamente vegano. Los sabores cambian a diario e incluyen deliciosos experimentos como el arroz glutinoso con mango y el lichi con frambuesa.
8. Museo y jardines Van Buuren
Esta antigua residencia privada y sus alrededores, enclavada en el barrio de Uccle de Bruselas, se convirtió en museo en 1975. El exterior del edificio, construido en 1928 por el banquero y mecenas David van Buuren, es emblemático de la Escuela de Ámsterdam, un movimiento conocido por su estilo exuberante y dinámico. Esta joya arquitectónica alberga un tesoro del art déco: una mezcla cautivadora de muebles, alfombras y vidrieras, así como esculturas y pinturas que han permanecido en sus lugares originales. Es mejor visitarlo en verano para disfrutar de los jardines, que incluyen un laberinto y un jardín de rosas. Con 1,2 hectáreas, los jardines son casi el doble del tamaño de la Grand Place de Bruselas.