Las Juventudes Comunistas de Chile (JJCC o “Jota”) se fundan el 5 de septiembre de 1932, para constituirse como la agrupación de los jóvenes militantes del Partido Comunista de Chile.  Podemos vincular la experiencia histórica que tuvieron las JJCC junto a las organizaciones sociales, a las tradiciones de lucha más arraigadas en el país. La Jota fue expresión juvenil de la “cultura obrera ilustrada” de la clase trabajadora. Esta consistió en un proyecto histórico de lucha por la ampliación de los derechos sociales, políticos y económicos del país, bajo el horizonte de la sustitución del capitalismo por una sociedad socialista. Así, el activismo militante de los primeros “Jotosos” se caracterizó por la creación y desarrollo de una cultura alternativa a la existente.

En la década de 1930, las JJCC comenzaron a tener presencia entre estudiantes universitarios, ampliando su radio de influencia política y social. Junto con el desarrollo de su trabajo en el ámbito de la cultura, participaron en jornadas internacionalistas en apoyo a los republicanos durante la Guerra Civil española. Asimismo, fueron un miembro activo en los Comités por la Paz antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, levantando las banderas del antifascismo.

Desde 1948 a 1958, el PC fue proscrito por medio de la Ley Maldita; las JJCC jugaron un papel activo en la principal demanda de la época: la verdadera “defensa de la democracia”. Junto a fuerzas progresistas y democráticas, batallaron por la ampliación de los derechos sindicales y el fin de la exclusión política. La recuperación de la legalidad del PC, en 1958, fue acompañada por el fin del cohecho y la ampliación del derecho a voto, hitos fundamentales en la historia democrática del país.

Desde esa fecha hasta 1973, las JJCC jugaron un papel vital en la conexión entre las numerosas luchas sociales, con un proyecto político de transformación estructural: era la denominada “Vía Chilena al Socialismo”, que combinó lucha social con batallas políticas. De esta manera, las JJCC participaron en las tomas de terrenos realizadas por el movimiento de pobladores, en las corridas de cerco y las huelgas campesinas antes y después de la Reforma Agraria. Además, tuvieron un papel fundamental en la Reforma Universitaria, que transgredió la concepción elitista de universidad que existía en Chile hacia fines de los 60. Estos movimientos sociales de pobladores, campesinos y estudiantes, junto a los trabajadores organizados, fueron actores protagónicos en la conformación de la Unidad Popular y el triunfo de Salvador Allende en 1970. Durante su mandato, las JJCC destacaron especialmente en el desarrollo de los Trabajos Voluntarios, expresión concreta del “Hombre” y “Mujer” nuevos que el gobierno popular buscaba construir.

Durante la dictadura, muchos jóvenes comunistas dieron su vida por la recuperación de la democracia. Su lucha fue desde las juntas de vecinos y clubes deportivos, hasta el combate frontal a la dictadura con la política de rebelión popular de masas, implementada desde el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, pasando por organizaciones estudiantiles y culturales. Además, participaron activamente de la lucha internacional por la democracia y el socialismo, aportando en distintos frentes en Centroamérica y respondiendo a problemáticas a nivel mundial.

Una vez terminada la dictadura, en 1990, las JJCC tuvieron un papel importante en la reactivación del movimiento estudiantil, tanto en la década de 1990 como en la primera del siglo XXI, y junto al PC, contribuyeron a profundizar la democracia. También jugaron un rol activo en la lucha por la “Verdad y Justicia”, respecto a casos de violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura.

En resumen, las y los jóvenes comunistas, junto a otros miles, han sido, desde su nacimiento, quienes han formado parte de los grandes cambios de la sociedad chilena, luchando por la democracia y los derechos sociales, y construyendo una conciencia de clase que permita avanzar en las reivindicaciones del pueblo. Las JJCC se han caracterizado por desarrollar su activismo militante en base a una ética y un relato épico anticapitalista, que aspira a una transformación que llevará a la sociedad chilena a una sociedad comunista, en la cual el hombre y la mujer se desarrollarán libremente, sin barreras, de manera justa y humana.