Tres combatientes de Hezbollah murieron en un ataque aéreo israelí. El ataque ocurrido el sábado 29 de julio de 2024 fue un ataque de represalia. El objetivo de la organización era un campo de fútbol en el norte de los Altos del Golán. Al menos diez personas, entre ellas niños, murieron como consecuencia del ataque con cohetes. 34 están heridos. El número de muertos puede aumentar porque el estado de varios de los heridos es muy grave.
Cruzando todas las líneas rojas
Las Fuerzas de Defensa de Israel (Cahal) informaron que los combatientes antes mencionados, cuya muerte fue el motivo de la represalia, murieron en un ataque dirigido a un depósito de armas de Hezbolá en la ciudad de Kfar Kila, ubicada en la frontera con Israel. Además, Cahal también inició una investigación sobre por qué el misil que impactó en el estadio no fue interceptado. Curiosamente, Hezbolá niega haber lanzado un ataque contra los Altos del Golán ocupados por Israel. Cahal, sin embargo, afirma que tiene hallazgos del ejército y de inteligencia que no dejan dudas sobre de quién fue la autoría del ataque.
Desde el inicio de la guerra en la Franja de Gaza se han producido intercambios de disparos entre Israel y Hezbolá, que se han intensificado con el tiempo. Según los medios israelíes, los bombardeos en el norte de Israel se están generalizando y afectan a ciudades que no habían sido atacadas antes.
La Casa Blanca reaccionó al último incidente en el que murieron niños, condenando el “horrible ataque contra Israel”. A su vez, el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Kac, dijo que el Estado judío se acerca a una guerra abierta con Hezbolá y el Líbano. “El ataque de Hezbollah cruza todas las líneas rojas y la respuesta (de Israel) será adecuada”. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en una conversación con el líder de la comunidad drusa víctima del ataque, dijo que Hezbollah pagaría un alto precio por ello, uno que nunca antes había pagado.