Op-Ed: la presidencia de Dinamarca debe defender el estado de derecho en voz alta y sin disculpas
A medida que Dinamarca se hace cargo de la presidencia del Consejo de la UE, lo hacemos no solo como facilitadores del compromiso sino como custodios de los valores fundamentales de Europa.
Pocos principios son más esenciales para el proyecto europeo que el estado de derecho. Sin él no hay un mercado único en funcionamiento, ni confianza mutua entre los Estados miembros y la credibilidad internacional. El estado de derecho no es una nota al margen; Es la columna vertebral de todo lo que hacemos en Europa.
Pero hoy, está bajo presión. Hemos visto surgir un patrón en todo el continente: los gobiernos endurecen su control sobre los tribunales, los medios de comunicación y la sociedad civil. Algunos líderes ahora desafían abiertamente los estándares de la UE, no solo desmantelando los controles y equilibrios nacionales, sino también al obstruir las decisiones clave de la UE en el consejo, por razones que tienen poco que ver con los intereses europeos.
Este artículo es parte de la Guía del Parlamento sobre la presidencia danesa del Consejo de la UE.
Hungría es el ejemplo más visible, pero no está solo. El problema es estructural, no ideológico, convirtiendo los vetos en chips de negociación en lugar de una herramienta del último recurso. Este juego socava la unidad y la resolución de Europa, y no es sostenible.
Tradición danesa de estado de derecho de larga danesa
Como eurodiputado danés de uno de los principales partidos en la coalición gobernante, creo firmemente que Dinamarca tiene una oportunidad única y, de hecho, una responsabilidad de ejercer liderazgo de principios pero constructivo en el estado de derecho.
Tenemos una larga tradición de respeto por la certeza legal, la transparencia y las instituciones democráticas. Estos no son ideales abstractos para nosotros, son parte de quienes somos. Eso le da credibilidad moral a Dinamarca al abogar por la aplicación de los valores de la UE.
Afortunadamente, la UE ya no está indefensa. En los últimos años, hemos visto el desarrollo de nuevas herramientas: condicionalidad del estado de derecho, desembolso de fondos basados en hitos y procedimientos del Artículo 7. Estos instrumentos funcionan para mantener a aquellos que no cumplen con el estado de derecho, pero solo si los usamos de manera consistente y con confianza.
Ahora debemos aplicar estos mecanismos de manera más proactiva, no solo cuando la presión política lo exige, sino que cada vez que los hechos lo justifican. El castigo no es el objetivo; protección es. Protección de los derechos de los ciudadanos, la competencia justa y la estabilidad democrática en toda nuestra unión.
La presidencia de Dinamarca no podrá resolver este desafío solo, pero puede establecer el tono. Puede priorizar la claridad legal, respaldar la comisión cuando hace cumplir los estándares comunes y alentar las discusiones francas en el consejo, incluso cuando se sienten incómodos.
Junto con el gobierno danés, continuaré presionando por un sindicato que defienda sus valores, porque en la Europa de hoy, el silencio ya no es neutral. Ante la obstrucción sistemática y el autoritarismo progresivo, el silencio se convierte en complicidad.
El estado de derecho no es opcional. Y Dinamarca está bien ubicado para decirlo, firmemente, claramente y con credibilidad.
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