“Me gustan los estudiantes 

Porque son la levadura

Del pan que saldrá del horno 

Con toda su sabrosura,

Para la boca del pobre que come con amargura”

-Violeta Parra


El modelo neoliberal, impuesto desde la dictadura en nuestro país, convirtió a la educación en uno de los más grandes negocios, esta visión de la educación como bien de consumo provocó una constante precarización de la misma y un notable abandono por parte del estado. Frente a esto, los estudiantes secundarios se han movilizado constantemente, buscando una educación gratuita, de calidad, laica y no sexista.

Sin embargo, además de movilizarse por la educación, los estudiantes secundarios históricamente han tomado un rol fundamental en las luchas sociales de nuestro país; no existe movilización que no haya contado con la participación activa y las demandas latentes de los estudiantes secundarios, quienes, siempre al calor de la lucha en las calles, actúan muchas veces como una fuerza de choque, permitiendo desenfrascar las discusiones políticas del espacio estudiantil y llevarlas hasta su territorio. 

Todo esto ha generado que los estudiantes secundarios, principalmente los y las pertenecientes a la educación pública, sean vistos por las fuerzas de orden y de poder como enemigos declarados. Mientras los secundarios golpean fuertemente las puertas del individualismo implantado en la sociedad neoliberal, las fuerzas de poder criminalizan directamente la organización y movilización de estos, con el fin de invalidar su lucha frente a la ciudadanía.

Es en esta lógica donde se crean proyectos como Aula segura o como la rebaja de la edad para el control preventivo de identidad, permitiendo mantener a las fuerzas de orden una vigilancia y persecución constante hacia la organización estudiantil.  Lo anterior, es respaldado por los medios de comunicación hegemónicos, al servicio de los grandes grupos económicos, quienes avalan al actuar de este  gobierno y prefieren focalizarse en casos puntuales de una protesta social en vez de apuntar hacia las vulneraciones que día a día sufren los estudiantes secundarios, principalmente aquellos pertenecientes a la educación pública. 

Hoy, en plena crisis sanitaria provocada por el COVID 19 y ad portas de una crisis económica, que nuevamente será pagada por los trabajadores, el gobierno ha demostrado una inconciencia enorme, demostrando la urgencia que tienen por hacer un rápido y efectivo regreso a clases, incluso llegando a asegurar que existen las condiciones sanitarias para el cumplimiento de esto.

¿Será que el virus mutó y se convirtió en el siempre ausente jabón y papel higiénico de los establecimientos educativos?

Los estudiantes secundarios, así como también los trabajadores públicos, no somos más que una pieza fundamental en la venta de humo del gobierno respecto a una supuesta normalidad; es evidente que esta es una señal al mundo empresarial privado para el retorno de su productividad económica, la cual continuará llenando los bolsillos de unos pocos y precarizando el trabajo de otros muchos, es de esta forma que, este gobierno neoliberal, ha demostrado anteponer la economía antes que la salud de su pueblo. 

Actualmente, la política nacional, responde a los intereses de aquellos que por años han contribuido a la precarización de la educación pública, quienes nos han criminalizado por levantarnos ante la ausencia de un estado que garantice derechos sociales básicos, como el acceso a una educación digna que contemple a todas y todos. Nosotros, hijas e hijos de la clase trabajadora, somos una pieza fundamental, debemos ser conscientes que contamos con un poder decisivo y este debe apuntar a la defensa de nuestra clase, la misma que se levantó junto a nosotros el pasado 18 de octubre con el sueño de un CHILE DIGNO, uno que será la tumba del neoliberalismo.



Eric Tirado Andueza 

Encargado secundario,

Regional Elías Lafferte, IV región

Juventudes Comunistas de Chile