Según informes, Al Qaeda ha establecido nueve nuevos campamentos terroristas en Afganistán en 2024, mientras los talibanes continúan fomentando el terror en el sur de Asia en violación del Acuerdo de Doha que firmó con Estados Unidos meses antes de agosto de 2021, cuando el gobierno democráticamente elegido de Ashraf Ghani fue expulsado del poder cuando las fuerzas occidentales lideradas por Estados Unidos abandonaron la nación sin litoral.
“Estos son centros de entrenamiento, estos son centros de reclutamiento”, dijo Ali Maisam Nazary, el principal diplomático del Frente de Resistencia Nacional de Afganistán (NRF), con sede en el valle de Panjshir, al norte de Kabul, según informó Foreign Policy.
“Los talibanes incluso han permitido a Al Qaeda construir bases y depósitos de municiones en el corazón del valle de Panjshir. (Eso es) algo inaudito, algo que Al Qaeda habría sido imposible de lograr incluso en los años 90”.
Nazary dijo además que desde la caída de Afganistán ante los talibanes en agosto de 2021, los grupos terroristas, incluidos Al Qaeda, la rama Khorasan del Estado Islámico, Tehrik-e Talibán Pakistán (TTP) y el Movimiento Islámico de Uzbekistán, han crecido exponencialmente en tamaño y alcance, ya que las fronteras sin vigilancia del país han permitido que combatientes extranjeros de países árabes, vecinos de Asia Central y Europa ingresen a Afganistán.
Los grupos terroristas controlan gran parte, si no toda, de la frontera afgana, dijo Nazary a Foreign Policy. “Al Qaeda no tenía presencia en el norte de Afganistán en 2001”, dijo. “Hoy, Al Qaeda tiene presencia en todo el país, al igual que otras fuerzas terroristas”.
El país se ha convertido en un “mercado negro abierto” de armas sobrantes, muchas de ellas estadounidenses, añadió.