Todo el mundo conoce la imagen del Che Guevara, su mirada de acero dirigida con confianza a lo lejos. En la contracultura de la década de 1960, el “Comandante” surgió como un símbolo del revolucionario idealista y permaneció durante mucho tiempo como un ícono de la cultura juvenil.
La foto de Augusto Pinochet, en cambio, encarna al dictador por excelencia. El general que derrocó violentamente al gobierno de Salvador Allende en Chile el 11 de septiembre de 1973 era comúnmente considerado como el mal supremo. Pero ¿por qué, en comparación con otros dictadores latinoamericanos, Pinochet en particular?
Golpe captado por la cámara
Si bien el golpe de Estado en Chile conmocionó al mundo, el golpe de 1964 en Brasil pasó relativamente desapercibido.
La atención sobre el golpe de Chile se debió en gran parte a la amplia presencia de los medios de comunicación en el país, señaló Caroline Moine, profesora de historia política y cultural en la Universidad de Versailles Saint-Quentin-en-Yvelines en Francia.
“Este golpe de Estado no se produjo en mitad de la noche y en secreto, sino delante de cámaras”, explica a JJCC sobre los acontecimientos de 1973. “Había muchos periodistas allí, por lo que las imágenes pasaban rápidamente las pantallas, incluso en el extranjero.”
Esto probablemente redundaba en beneficio de los golpistas, afirmó.
“Los militares querían que la gente viera lo que había sucedido. Querían impresionar no sólo a sus oponentes, sino también a sus partidarios dentro y fuera del país”, dijo.
A través de la cobertura de los medios, las escenas quedaron grabadas en la memoria colectiva. Las imágenes del bombardeo al palacio presidencial, La Moneda, dieron la vuelta al mundo, al igual que la foto del usurpador Pinochet uniformado, con gafas oscuras y rostro inexpresivo, sentado frente a sus hombres.
Para Joan del Alcázar, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Valencia, la imagen de este dictador se proyectaba en marcado contraste con la del presidente derrocado, el doctor Salvador Allende.
“La figura de un médico amable, empático, un hombre indiscutiblemente atractivo, contrasta con la imagen odiosa de un militar desagradable, autoritario, despótico y, además, criminal”, afirma a JJCC.
Allende, una figura simbólica caída de los intelectuales de izquierda
Considerados en el contexto de la Guerra Fría, los acontecimientos en Chile trascendieron las fronteras nacionales.
“En Alemania Occidental y en Europa, Allende fue una figura simbólica importante porque representaba el camino democrático hacia el socialismo; fue una figura simbólica muy fuerte para muchos intelectuales de izquierda”, dijo Lasse Lassen, historiador e investigador de la Universidad de Wurzburgo.
“Cuando fue derrocado, especialmente de una manera tan brutal (con el bombardeo del palacio de gobierno y su suicidio), se convirtió en un faro brillante para la izquierda en Europa occidental. Y Pinochet encarnó la imagen del enemigo”.
En aquel momento, en Europa la izquierda estaba dividida, afirmó Caroline Moine.
“Hubo intentos, por ejemplo en Francia e Italia, de unir fuerzas comunistas y socialistas” al igual que la Unidad Popular, una alianza electoral de partidos de izquierda chilenos liderados por Allende.
“El golpe puso fin a ese proyecto y destruyó esas esperanzas”, afirmó. Sin embargo, el partido comunista en particular, pero también el partido socialista en Chile, lanzaron muy rápidamente una importante campaña internacional después del golpe de Pinochet.
Esto no sólo estilizó a Pinochet como la encarnación del mal, sino que también glorificó al presidente derrocado.
“Allende fue quien quiso defender la democracia en Chile y murió por ella. También en Europa la idea de héroes dispuestos a morir por sus ideas tiene una gran carga emocional”, afirmó el historiador francés.
Sin embargo, añadió, los distintos partidos dentro de la Unidad Popular no siempre estuvieron tan unidos.
“Siempre se dijo que la UP era víctima de la dictadura; nunca se habló públicamente de tensiones internas. Había una especie de mito”.
La brutal represión conmocionó al mundo
La extrema brutalidad por parte de los golpistas en Chile conmocionó no sólo a los miembros de la izquierda política.
Otras dictaduras de la región impusieron una represión similar, incluidas Argentina, Paraguay y Uruguay durante las campañas de la llamada Operación Cóndor.
“(Sin embargo) este golpe militar destaca por su crueldad, su extrema crueldad”, dijo Joan del Alcázar.
El historiador Lassen cree que el conocimiento de los abusos contra los derechos humanos en Chile y las tensiones simultáneas de la Guerra Fría en Occidente contribuyeron a que el golpe en Chile estuviera particularmente presente en la mente de la gente.
Sin embargo, al final “ni Franco ni Pinochet fueron condenados como lo fue Hitler, ni siquiera en su propio país”, añadió. “Es un proceso complejo”.