Beneficio público antes que beneficio: salvaguardar el modelo de Lotería Europea
Las loterías nacionales tienen una larga historia en Europa, que comenzó en 1441 con la primera lotería en Brujas, Bélgica. Los ciudadanos hicieron apuestas modestas y los ingresos financiaron proyectos para el bien común. Hoy en día, las loterías nacionales están firmemente establecidas en todos los Estados miembros de la UE y su objetivo principal no ha cambiado: generar fondos para el beneficio público ofreciendo juegos de azar seguros y divertidos. Sin este propósito, los juegos de azar pierden su significado y se vuelven, en el mejor de los casos, inútiles y, en el peor, dañinos.
Este modelo de lotería único debe protegerse. Está en marcha una iniciativa para que sea reconocido como Patrimonio Mundial de la UNESCO. Por otra parte, la Asociación de Loterías Europeas (EL) ha definido ocho prioridades clave para participar en debates críticos a nivel de la UE, como se describe en el Manifiesto de las Loterías Europeas. Para ello es fundamental hacer un llamamiento a los responsables de la toma de decisiones de la UE para que reafirmen y salvaguarden el papel social vital de las loterías nacionales en todos los Estados miembros: su patrimonio cultural y su compromiso con el beneficio público.
Sin embargo, no basta con recaudar fondos para buenas causas. Hacer el bien nunca debe realizarse a expensas de dañar a los clientes o a la sociedad. Los juegos deben entretener, no adictivos. El marketing debería orientar la demanda hacia opciones de menor riesgo y crear conciencia sobre los riesgos potenciales. Proteger a los menores y prevenir el juego excesivo son innegociables. Es esencial lograr un equilibrio responsable entre premios, beneficio público y beneficios.
Es por eso que EL fue la primera Asociación de juegos de azar en el mundo en introducir Estándares de Juego Responsable obligatorios, y ahora el 100% de sus miembros están certificados. El cumplimiento es verificado por auditores independientes; sin ellos, la membresía termina.
Un modelo de lotería moderno ofrece un valor social mucho mayor, en todos los tipos de juegos, que cualquier otro modelo de juegos de azar. A modo de ejemplo, los miembros de EL emplean directamente a 55.000 personas a tiempo completo y aportan 22.000 millones de euros al año al bien público, apoyando iniciativas en deportes, patrimonio cultural, arte, atención sanitaria, personas con discapacidades o desventajas, educación y más.
En este contexto, las prácticas contemporáneas de lotería pueden proporcionar un punto de referencia para los formuladores de políticas y reguladores, reafirmando el verdadero propósito de los juegos de azar: servir al bien público. Lograr esto depende de regular el mercado para garantizar un enfoque socialmente responsable y reacio al riesgo en las loterías y los juegos de azar.
Las soluciones rápidas y la creencia de que el mercado se autorregulará no funcionan en este sector. El beneficio público -no el lucro- debe seguir siendo la prioridad. Se debe empoderar a los Estados miembros y animarlos a actuar: garantizando que los operadores destinan ingresos sustanciales al bien público, promoviendo juegos de menor riesgo, protegiendo a los grupos vulnerables -en particular los menores- impidiendo que los individuos gasten más de lo que pueden permitirse y limitando el número de operadores con criterios de selección claros.
Pero nada de esto importa si no logramos proteger nuestras sociedades y mercados de los operadores ilegales. Socavan las normas responsables y no aportan nada a la sociedad. Si bien sus ofertas pueden parecer eficientes, crean competencia desleal y causan un daño social significativo. Erosionan el propósito social de las loterías y de todos los juegos de azar y la confianza pública que los sustenta.
El modelo de lotería europeo es más que un juego de azar: es un valor social compartido que vale la pena preservar. Une a las personas, convirtiendo sus sueños en premios que cambian sus vidas, al mismo tiempo que cumple su verdadero propósito: financiar iniciativas públicas que fortalezcan a las comunidades y creen un mundo mejor para todos. Además, los responsables políticos de la UE desempeñan un papel crucial a la hora de salvaguardar su futuro, dando forma a cómo continúa sirviendo a los ciudadanos y las sociedades de toda Europa.