Los chilenos rechazaron el domingo una nueva constitución conservadora que fue redactada para reemplazar el texto de la era de la dictadura del país.
Con el 99,65% de las urnas escrutadas, un total de 55,76% de los chilenos rechazó el nuevo texto mientras que un 44,24% votó a favor.
“El país se polarizó, se dividió”, dijo el presidente Gabriel Boric durante un discurso televisado.
Dijo que el resultado muestra que el proceso “no canalizó las esperanzas de tener una nueva constitución escrita por todos”.
El proyecto de constitución fue redactado por el Partido Republicano de extrema derecha y fue el segundo intento de reemplazar la constitución redactada bajo el dictador militar Augusto Pinochet después de que los chilenos también rechazaran un texto progresista el año pasado.
“Fracasamos en el esfuerzo por convencer a los chilenos de que ésta sería una constitución mejor que la actual”, dijo el líder republicano José Antonio Kast.
Las protestas provocaron llamados al cambio
La votación a favor de una posible reforma se produjo después de que protestas a gran escala, apasionadas y en ocasiones violentas contra la desigualdad se apoderaran del país sudamericano en 2019, encabezadas principalmente por jóvenes.
Los disturbios iniciaron un proceso para derogar la constitución, una medida apoyada por el 80% de los votantes en un referéndum de 2020, que tuvo sus raíces en la sangrienta dictadura militar de 17 años del país.
Se culpó a la Constitución vigente de 1980 de permitir que las grandes corporaciones y las elites se enriquecieran a expensas de los pobres.
El aumento de las protestas callejeras también resultó en la elección del joven izquierdista Boric, que anteriormente había sido activista estudiantil.
Sin embargo, cuatro años después de esas protestas, el entusiasmo ha disminuido, en gran parte debido a la pandemia, la inflación y el estancamiento económico, dicen los analistas.
La propuesta progresista de 2022 incluía protecciones más fuertes para los derechos indígenas, propuestas para proteger los recursos naturales como el agua, el requisito de que las mujeres ocupen al menos la mitad de los cargos en las instituciones públicas y el derecho al aborto.
El texto conservador que votó el público durante el fin de semana consagró el derecho a la vida desde el momento de la concepción y permitió la deportación acelerada de inmigrantes indocumentados.
Claudia Heiss, de la Universidad de Chile, dijo que la última reescritura “se sitúa entre la Constitución de 1980 y una aún más derechista”.
Se espera el resultado del referéndum
El último borrador fue supervisado por el opositor Partido Republicano de extrema derecha después de que los ciudadanos votaran en contra de una versión progresista en septiembre de 2022 que intentaba consagrar la protección ambiental y el derecho al aborto electivo.
Si el nuevo texto hubiera sido aprobado, podría haber obstaculizado aún más el manifiesto del Presidente Boric de reformas fiscales y de pensiones progresivas.
Boric dijo que no emprendería un tercer intento de reescribir la Constitución.
“Lo que la ciudadanía exige es una mayor capacidad de diálogo, de consenso, pero sobre todo de acción”, afirmó.
zc, jsi/ab (EFE, dpa, AFP, Reuters)