El cambio climático exacerbó una grave sequía en Siria, Irak e Irán e hizo que fuera mucho más probable que ocurriera, según descubrieron los científicos en un estudio publicado el miércoles.
Desde 2020, la región ha experimentado precipitaciones extremadamente escasas y un calor persistente, lo que ha provocado una sequía que ha desplazado a millones de personas, arruinado cultivos y contribuido a la inseguridad alimentaria.
Investigadores de World Weather Attribution, una colaboración académica que investiga el papel del cambio climático en eventos climáticos extremos, observaron las áreas más afectadas de la cuenca Tigris-Éufrates, que se extiende por Siria e Irak, así como por Irán.
El estudio encontró que el aumento de las temperaturas, causado por la quema de combustibles fósiles (principalmente petróleo, gas y carbón), hizo que la sequía fuera 25 veces más probable en Siria e Irak, y 16 veces más probable en Irán.
También empeoró la sequía de lo que hubiera sido de otra manera, llevándola de condiciones normales a una sequía extrema, en la escala del Monitor de Sequía de Estados Unidos.
Descubrieron que las altas temperaturas provocan una mayor evaporación del agua del suelo y las plantas, lo que la hace más grave. Sin embargo, el cambio climático no parecía ser responsable de los cambios en las precipitaciones de la región.
Región poco estudiada
El coautor del estudio, Ben Clarke, del Instituto Grantham de Cambio Climático y Medio Ambiente del Imperial College de Londres, dijo que el estudio arroja una luz importante sobre los efectos del cambio climático en una región vulnerable, pero poco estudiada.
“Realmente fue sorprendente la fuerza de la tendencia hacia el aumento de las temperaturas en la región”, explica a JJCC.
Dijo que los hallazgos tendrán implicaciones para las negociaciones sobre pérdidas y daños en la próxima conferencia climática COP28 en Dubai, y que mostraron la importancia de la adaptación en el área.
“Desarrollar la resiliencia hídrica lo antes posible será fundamental para la ocupación continua de estas regiones”, afirmó.
El pueblo de Siria en particular ha sufrido una multitud de amenazas relacionadas con el agua debido al desplazamiento humano masivo debido a la guerra civil, la mala gestión del suministro de agua, los daños a la infraestructura e incluso el control del acceso al agua como arma de guerra.
Mientras tanto, los proyectos de represas turcas han ayudado a reducir los niveles del río Éufrates, empeorando la situación en Siria e Irak.
El estudio de la WWA encontró que en el futuro se producirán sequías comparables con mucha más frecuencia: al menos una vez por década en Siria e Irak y dos veces cada década en Irán. Un mayor calentamiento del planeta empeorará aún más la situación, según el estudio.
“Sequías como ésta seguirán intensificándose hasta que dejemos de quemar combustibles fósiles”, afirmó en un comunicado la coautora del estudio, Friederike Otto. “Si el mundo no acepta eliminar gradualmente los combustibles fósiles en la COP28, todos perderemos: más personas sufrirán escasez de agua, más agricultores serán desplazados y mucha gente pagará más por los alimentos en los supermercados”.
Seguridad regional
Según el Brookings Institute, una organización estadounidense sin fines de lucro de políticas públicas, Medio Oriente y el norte de África son los que corren mayor riesgo por el cambio climático, particularmente dada la frágil situación de seguridad en algunas partes de la región.
Las olas de calor en Irán han alcanzado niveles mortales, con temperaturas que alcanzaron los 51 grados Celsius (123 grados Fahrenheit) este año. La escasez de agua ha provocado disturbios civiles y tensiones regionales, así como desplazamientos internos masivos.
Estudios anteriores de World Weather Attribution han demostrado que el cambio climático ya ha exacerbado los fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo, incluida una ola de calor en el Mediterráneo, inundaciones en Nigeria y África occidental, sequías en el hemisferio norte e inundaciones en Pakistán.
La quema de combustibles fósiles ya ha calentado el planeta 1,2 grados, lo que ha provocado fenómenos meteorológicos más extremos. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, los principales expertos en cambio climático, incluso pequeños aumentos de temperatura causarán eventos climáticos extremos significativamente peores en todo el planeta.
Los países se han comprometido a intentar mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 grados, pero las políticas actuales hacen que el mundo vaya camino de aumentar alrededor de 2,7°C, según Climate Action Tracker. La Organización Meteorológica Mundial predice que el mundo probablemente alcanzará, al menos temporalmente, un calentamiento de 1,5 grados en los próximos cinco años.
Sin embargo, las soluciones al cambio climático están al alcance de la mano y, con acciones suficientes, el mundo aún puede alcanzar el objetivo de 1,5 grados. En un discurso en las conversaciones previas a la COP a finales del mes pasado, el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, dejó esto claro.
“La ventana para evitar lo peor, limitar el calentamiento a 1,5 grados Celsius, se está cerrando rápidamente. Pero todavía está abierta. Ese es el punto crucial”, dijo a los delegados. “Tenemos las herramientas y las tecnologías y, por lo tanto, no tenemos excusa para no cumplir”.