“Nuestra seguridad alimentaria depende de los agricultores europeos: debemos brindarles nuestro apoyo”
En el próximo mandato europeo, los políticos europeos se enfrentan a diversos desafíos, desde cuestiones actuales como la lucha contra el cambio climático y la competitividad frente a otras regiones del mundo hasta cuestiones más nuevas como la adopción de nuevas tecnologías y la preparación para nuevas amenazas.
Un elemento crucial de muchos de estos desafíos es el sector agrícola. Los obstáculos a los que se enfrentan los agricultores europeos son más amplios de lo que se suele pensar. CropLife Europe se creó para promover un enfoque de caja de herramientas para los métodos agrícolas modernos que utilicen la innovación y la tecnología. Su objetivo es dotar a los agricultores europeos de soluciones para hacer frente a las plagas y enfermedades de los cultivos. Esta caja de herramientas incluye una variedad de soluciones, desde biopesticidas y pesticidas convencionales hasta agronomía digital y biotecnología.
Durante una reciente entrevista, el Parlamento tuvo la oportunidad de entrevistarse con Olivier de Matos, director general de CropLife Europe. En esta esclarecedora conversación, compartió sus puntos de vista sobre los desafíos y oportunidades más urgentes a los que se enfrenta la agricultura europea. También analizó las posibles contribuciones del sector de las soluciones agrícolas a los agricultores y destacó cómo el próximo mandato puede facilitar los cambios necesarios para una transición hacia una agricultura más sostenible y resiliente.
Debemos brindar certeza regulatoria para que los agricultores se sientan animados a innovar a través de una I+D bien respaldada.
Como colectivo, los agricultores europeos se encuentran en una situación difícil. “Es importante hacer una revisión de la realidad”, afirmó de Matos. A nivel personal, los agricultores europeos deben producir alimentos suficientes de manera sostenible. “Es una tarea difícil, lo sé”, afirmó. Pero sigue siendo optimista. Considera que la tecnología y la innovación son respuestas a muchos de los desafíos que enfrentan los agricultores.
La ecuación es sencilla: “necesitamos que los agricultores produzcan alimentos y que estos tengan acceso a la tecnología para producirlos de manera sostenible”, explica de Matos. “Una nueva generación de políticos y agricultores aportará el entusiasmo y las ideas necesarias en torno a la tecnología y la innovación para hacer frente a los desafíos que enfrenta el sector”, añade de Matos.
Los agricultores europeos, sinónimo de la columna vertebral de la sociedad, trabajan incansablemente para garantizar la seguridad alimentaria de todos. Su trabajo es fundamental para proporcionar alimentos y recursos, un hecho que ejemplifica mejor de Matos, quien señaló: “En Europa, estamos acostumbrados a tener comida en nuestros platos, y esto se debe de todo corazón a nuestros agricultores. Necesitamos valorar y defender a nuestros agricultores mientras aseguran nuestro suministro de alimentos”. La seguridad alimentaria ha ganado prominencia debido a recientes eventos globales como la pandemia de COVID-19 y el estallido de la guerra en Europa. La autonomía estratégica se ha vuelto central en los debates en todo el ámbito de las políticas, y está claro que Europa está priorizando esto en el futuro.
En el sector agrícola, la atención debe centrarse en lo que los agricultores necesitan para seguir siendo competitivos y, al mismo tiempo, seguir transformándose hacia una producción más sostenible. De Matos destaca varios obstáculos para esta transformación. “Necesitamos agricultores y necesitamos a la próxima generación de agricultores. Esta nueva generación trae consigo un nuevo entusiasmo e ideas sobre cómo abordar estos desafíos a los que se enfrenta el sector”, añadió De Matos.
Un ejemplo de ello son las desigualdades entre las zonas urbanas y rurales. “El acceso a la banda ancha y a las tecnologías 5G es algo que debe abordarse en todas las zonas rurales de Europa. Son extremadamente importantes para la agronomía digital y las herramientas agrícolas del futuro”, destacó de Matos. La falta de acceso a estas tecnologías obliga a estas zonas a enfrentarse a los retos con menos recursos que otras. El acceso a los biopesticidas, que a menudo se utilizan de forma complementaria a los pesticidas convencionales o en lugar de ellos, fue otro ejemplo mencionado por de Matos.
Necesitamos agricultores y los agricultores necesitan acceso a la tecnología.
La innovación y el deseo de proporcionar a los agricultores europeos una “caja de herramientas completa” de soluciones son la esencia de las actividades de CropLife Europe. “No existe un modelo único para la agricultura europea”, destacó de Matos. “Los agricultores no solo deben poder seleccionar la herramienta correcta en función del método de producción, sino que también deben poder seleccionar la herramienta correcta en función de la situación y el entorno de su propio país”, añadió de Matos. Como bloque de 27 estados miembros que abarca más de 4 millones de km², los climas y los sistemas meteorológicos difieren significativamente. “La diversidad: esa es la belleza de Europa”, reiteró de Matos.
¿Cómo podemos llegar a un lugar sostenible y propicio para ayudar a los agricultores europeos a continuar con esta labor? “Necesitamos dotar a los agricultores europeos de un marco de políticas basado en resultados. Debemos proporcionar seguridad regulatoria para que los agricultores se sientan animados a innovar mediante una I+D bien respaldada”, argumentó de Matos. Para lograrlo es fundamental el uso continuo de asociaciones públicas y privadas y un diálogo abierto. Estas asociaciones garantizan que se pueda compartir la experiencia y elaborar políticas basadas en evidencias. “La innovación futura puede poner a la UE en una posición de liderazgo. Para lograrlo, necesitamos aumentar nuestra velocidad manteniendo al mismo tiempo un enfoque en la seguridad”, concluyó de Matos.
Como parte de los compromisos de CropLife Europe para 2030, sus miembros han prometido invertir 14.000 millones de euros en tecnologías innovadoras, de los cuales 4.000 millones se destinarán a biopesticidas y 10.000 millones a la agronomía digital. “Estas soluciones podrían estar disponibles para los agricultores en los próximos años. Lo único que se necesita es un marco regulatorio que facilite el acceso de los agricultores a estas tecnologías”.
Ante los numerosos desafíos que se avecinan, el sector está preparado para seguir ofreciendo soluciones innovadoras que ayuden a los agricultores a combatir las plagas y enfermedades. Lo que ahora se necesita es adoptar la innovación y el marco regulatorio adecuado.