Op-Ed: Se necesita una acción concreta para detener el abuso de la UE de Orbán
“Bugs” que “han sobrevivido demasiado” y necesitan ser erradicados como parte de una “limpieza de la casa para la Pascua”. Estas son las palabras, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, usó para etiquetar a políticos, jueces, periodistas, organizaciones de la sociedad civil y activistas políticos en un discurso reciente.
La elección de palabras de Orbán refleja una actitud observada por un grupo cruzado de eurodiputados que visitaron Budapest el mes pasado. La delegación del Comité de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos Interiores del Parlamento Europeo (LIBE) fue enviada para investigar el retroceso de derecho de derecho en Hungría, ya que el país está actualmente bajo investigación por violar el Artículo 7 del Tratado de la Unión Europea, que mantiene los valores de la UE en todo el bloque.
Durante el viaje, una conclusión se hizo muy clara: la UE debe mantenerse fuerte para proteger sus valores.
Hostilidad húngara
Las autoridades húngaras respondieron a nuestra delegación con hostilidad palpable. Las reuniones con actores afiliados al gobierno dejaron poco espacio para una conversación constructiva. Las discusiones fueron dominadas por desviaciones y acusaciones hacia el Parlamento Europeo.
Orbán ha elegido claramente su camino y no tiene la intención de desviarse de él. La situación descrita por las organizaciones de la sociedad civil (OSC) e instituciones independientes es igualmente preocupante. Los organismos destinados a mantener los estándares de la UE, como la Autoridad de Integridad Anticorrupción y el Consejo Judicial Nacional, están siendo obstruidos de que el gobierno cuente al gobierno.
Los representantes del poder judicial informaron influencia del gobierno en los nombramientos, campañas de frotis e intimidación a través de procedimientos disciplinarios contra los jueces. A pesar de esto, la Comisión Europea ha publicado € 10.2 mil millones de fondos previamente congelados debido a las reformas de independencia judicial “cumpliendo” de Hungría.
Las OSC críticas están sujetas a intensas represiones por Orbán. Se enfrentan a campañas continuas de frotis, requisitos administrativos obstructivos, intimidación e investigaciones de la “Oficina de Protección de Soberanía” de Orbán, principalmente dirigidas a organizaciones financiadas por la UE bajo el paraguas de “influencia extranjera”. La creciente presión amenaza la existencia misma de las OSC, en particular las de las etapas de base. Los medios independientes restantes están sujetos a una intimidación similar.
Orbán también se ha dirigido a la libertad de ensamblaje. El 14 de abril, el parlamento húngaro adoptó la 15ª Enmienda a la ley fundamental: la constitución del país. Esto establece, entre otras cosas, que la protección de los niños tiene prioridad sobre todos los demás derechos fundamentales.
En la práctica, esto significa que cualquier manifestación que desagrade al gobierno puede prohibirse fácilmente con referencia a esta enmienda. Esto comenzó con la reciente prohibición de Budapest Pride el 28 de junio.
El retroceso del estado de derecho de Hungría va más allá de las instituciones y la sociedad civil: afecta la totalidad de la sociedad húngara. Los maestros se ven obligados a enseñar un plan de estudios lleno de propaganda, limitado a algunos libros de texto aprobados por el gobierno. Hay informes de que los médicos son castigados por proporcionar un tratamiento que afirme el género y la vigilancia de las cámaras en los hospitales.
Mientras tanto, Orbán también está causando estragos en la democracia de la UE. Con su veto, obstruye la acción contra Rusia y el apoyo a Ucrania, poniendo en peligro la seguridad de Europa.
Acción de la UE necesaria para un cambio real
Orbán continuará consolidando su poder tomando las instituciones y silenciando a los críticos. Las medidas tomadas por la UE, incluidos los fondos de congelación y el comienzo del procedimiento del Artículo 7 por incumplimiento de los valores de la UE, lo presionan, pero deben seguirse.
No podemos ser ingenuos sobre la situación en el terreno y aceptar voluntariamente reformas puramente cosméticas. No podemos repetir el error de la comisión de desconecir fondos sobre las reformas de independencia judicial. La UE necesita dibujar líneas claras y mantenerse fuertes. La Comisión debe llevar a Hungría al Tribunal de Justicia para detener la prohibición del orgullo.
También debemos ser realistas: Orbán no siente que el Consejo actuará en su contra bajo el Artículo 7 y, por lo tanto, no se moverá de su camino autocrático. Los Estados miembros deben concluir que Hungría está incumpliendo los valores de la UE y eliminar los derechos de voto de Orbán, en lugar de darle la tía o pedirle que salga de la habitación para que se puedan aprobar los votos.
La cumbre del Consejo Europeo sobre Hungría el 27 de mayo es el momento perfecto para que los líderes den el siguiente paso y eviten que Orbán bloquee y chantajee la toma de decisiones de la UE en archivos cruciales.
El EP inició su procedimiento del Artículo 7 hace siete años. La UE ya no puede mirar hacia otro lado mientras los ciudadanos húngaros están siendo oprimidos. No debemos dejar que Orbán vacíe nuestros valores de la UE con impunidad. Cuando la democracia y el estado de derecho están cada vez más amenazados en todo el mundo, la UE solo puede ponerse de pie como líder democrático si limpia su propia casa primero.
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