Salud mental en Europa: es hora de una estrategia
Los problemas de salud mental afectan negativamente al bienestar y son causados por una maraña de factores individuales y sociales. Un informe publicado en 2018 encontró que los problemas de salud mental afectaban a alrededor de 84 millones de personas en la Unión Europea, con un costo de más de 600 mil millones de euros en todos los países de la UE. Las emergencias recientes, incluida la pandemia de Covid-19, la guerra en Ucrania, la crisis energética y la inflación, han intensificado aún más estos problemas.
A pesar de estas alarmantes estadísticas, los debates sobre salud mental a menudo se producen de forma aislada, perdiendo la oportunidad de adoptar un enfoque integral que no sólo sería más ético sino también rentable.
En junio de 2023, la Comisión Europea lanzó una Comunicación sobre salud mental, un avance admirable para abordar los desafíos de salud mental en la UE. Con 20 iniciativas emblemáticas y 1.230 millones de euros de financiación de la UE, la Comisión apoyará los esfuerzos de los Estados miembros para mejorar la salud mental de sus ciudadanos. Nosotros, la Alianza Europea de Salud Pública (EPHA), consideramos que esta iniciativa es un importante paso adelante.
Sin embargo, vemos margen de mejora, especialmente en uno de los tres ámbitos centrales de la Comunicación, a saber, la reintegración tras la recuperación. Estamos de acuerdo en que la reintegración es una parte fundamental de la recuperación; sin embargo, la narrativa actual parece aceptar la exclusión social como un hecho. Subrayamos la necesidad de adoptar medidas preventivas para evitar, en primer lugar, la exclusión de la sociedad.
La Comisión también ha dado prioridad a “ayudar a los más necesitados”. Este enfoque es admirable y menciona grupos vulnerables y marginados específicos, incluidas personas de zonas rurales, personas mayores, LGBTIQ, romaníes y personas sin hogar. Sin embargo, las iniciativas emblemáticas de esta prioridad sólo cubren a las víctimas de delitos y a los jóvenes supervivientes del cáncer.
Abogamos por un enfoque más inclusivo que incluya no solo la inclusión de poblaciones objetivo en políticas específicas, sino también la mejora de estrategias para llegar activamente a ellas e involucrarlas como partes interesadas clave en el desarrollo de soluciones.
La Comunicación reconoce la importancia de abordar los factores comerciales de los productos que contribuyen directamente a estilos de vida poco saludables, que a su vez empeoran los problemas de salud mental. Sin embargo, vale la pena señalar que la Comisión se enfrenta a duras críticas por retrasar la aprobación de elementos clave del Reglamento de Información Alimentaria al Consumidor y del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer, que incluyen legislación sobre alimentos no saludables y consumo de alcohol.
Además, no reconoce factores socioeconómicos más amplios, como la vivienda inasequible, que contribuyen a los problemas de salud mental, lo que destaca la necesidad de un enfoque más integral en la formulación de políticas.
Ante la urgencia de la situación, es hora de que Europa lance su primera Estrategia de Salud Mental; un paso decisivo hacia la protección del bienestar mental para todos.
En conclusión, junto con nuestros miembros, Mental Health Europe y la Federación Europea de Organizaciones Nacionales que trabajan con las Personas sin Hogar (FEANTSA), pedimos el establecimiento de un plan de acción de salud mental ambicioso y a largo plazo para Europa.
El plan debería centrarse en la prevención estructural, la inclusión de grupos vulnerables y abordar los factores sociales y comerciales que influyen en la salud mental, respaldado por un presupuesto específico y compromisos concretos de los Estados miembros y los organismos europeos.
Este plan debe estar impulsado por la acción, con metas y objetivos claros y mensurables, respaldados por un conjunto integral de indicadores que vayan más allá de las tasas de suicidio para garantizar un seguimiento y una rendición de cuentas exhaustivos.
Ante la urgencia de la situación, es hora de que Europa lance su primera Estrategia de Salud Mental; un paso decisivo hacia la protección del bienestar mental para todos.