Artículo de opinión: La UE necesita asociaciones estratégicas para asegurar el suministro de materias primas críticas
La competencia por materias primas críticas se ha convertido en el último campo de batalla geopolítico, y la UE debe adoptar un enfoque más proactivo para asegurar su participación en el suministro global, esencial para cumplir los compromisos del Pacto Verde.
El litio, el cobalto, el grafito y otros materiales son necesarios para las baterías, los paneles solares y las turbinas eólicas que impulsarán nuestro futuro sostenible. Sin embargo, con las crecientes tensiones entre las potencias mundiales, no se garantiza un suministro estable de estos minerales.
Tomemos como ejemplo el litio. Es esencial para la producción de baterías, lo que sustentará el cambio hacia los vehículos eléctricos y la ecologización de las redes eléctricas. Los limitados recursos de litio de Europa hacen imposible la autosuficiencia, y el reciclaje no satisfará la demanda al menos hasta la década de 2030. Esto hace que las asociaciones con países ricos en litio y con ideas afines, como Chile, Australia y Argentina, sean indispensables.
Aunque las empresas europeas están invirtiendo en estas regiones, se requiere una participación más amplia de la UE. China, en particular, está avanzando rápidamente en esta área, y Europa se quedará atrás si no adopta un enfoque más proactivo.
La Ley de Materias Primas Críticas (CRMA) proporciona un marco sobre cómo la UE puede acceder a estos recursos. Describe tres pilares clave: fortalecer la cadena de valor de la UE, mejorar el reciclaje y fomentar asociaciones con países externos. Sin embargo, carece del respaldo financiero necesario y de planes de implementación concretos, especialmente en lo que respecta a las asociaciones externas.
Los mecanismos de financiación, como el Fondo de Soberanía Europeo propuesto por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, serán esenciales para profundizar el compromiso de la UE en proyectos para suministrar estos recursos. La CRMA permite que proyectos en países externos sean designados como “estratégicos” si tienen un vínculo directo con la UE a través de futuros acuerdos de compra, pero carece de financiación específica para apoyar dichos proyectos.
Un fondo dedicado a materiales críticos –cualquiera que sea su forma- garantizaría que las asociaciones estratégicas estén respaldadas por un apoyo financiero significativo y no solo por declaraciones regulatorias.
Para asegurar sus cadenas de suministro, la UE debe ofrecer a los países productores algo más que simples acuerdos de libre comercio. Un paquete más completo podría incluir apoyo a la creación de valor agregado, como la refinación y la producción de cátodos, dentro de estos países. El desarrollo de infraestructura, la capacitación y la transferencia de tecnología deberían ser parte de este enfoque, facilitado por la iniciativa Global Gateway.
Sin embargo, esto también requiere nuevas fuentes de financiación y una estrategia a largo plazo más transparente para que sea eficaz.
La UE también debería garantizar la igualdad de acceso al mercado para los materiales de los países socios. Estos materiales no deberían enfrentar desventajas en comparación con los recursos producidos en la UE, ya sea a través de incentivos fiscales o requisitos mínimos de contenido local. Este enfoque fortalecería las asociaciones a largo plazo e impulsaría las economías locales en regiones clave productoras de recursos.
La UE debe pasar de los marcos legislativos a la acción en el mundo real. Lograr sus objetivos climáticos depende de asociaciones estratégicas y bien financiadas con países ricos en recursos y con ideas afines. Si bien la UE ha fijado objetivos ambiciosos para su transición verde, estas ambiciones seguirán siendo inalcanzables sin inversiones concretas y una estrategia cohesiva para asegurar materias primas críticas.