Artículo de opinión: Por qué el desarrollo de la IA en la UE necesita un momento CERN

Artículo de opinión: Por qué el desarrollo de la IA en la UE necesita un momento CERN

El bloque aún puede tomar la iniciativa en el desarrollo de modelos de IA confiables, pero requerirá importantes inversiones transfronterizas y una iniciativa a escala de la UE para aunar recursos, talento y ambición.
¿Un modelo para la IA? La Organización Europea para la Investigación Nuclear, o CERN, cerca de Ginebra, Suiza.

Si la Unión Europea quiere desarrollar modelos competitivos de inteligencia artificial (IA), necesitará desbloquear importantes inversiones transfronterizas para alcanzar a Estados Unidos y China. Afortunadamente existe un precedente: el centro de investigación nuclear CERN.

La idea de crear un “CERN para la IA” ha sido adoptada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien en julio esbozó una propuesta para “establecer un Consejo Europeo de Investigación en IA donde podamos aunar todos nuestros recursos, similar al enfoque adoptado con el CERN”.

En los últimos 30 años, la UE se ha quedado atrás en el desarrollo y despliegue de nuevas tecnologías, lo que ha socavado críticamente su desempeño económico. En su informe sobre competitividad publicado el mes pasado, Mario Draghi señaló que “sólo cuatro de las 50 principales empresas tecnológicas del mundo son europeas”, identificando esto como la razón principal de la brecha de productividad entre la UE y los EE.UU.

Draghi identificó la IA como el motor de una nueva “revolución digital” y una oportunidad que el bloque no puede permitirse el lujo de desaprovechar. La tecnología puede hacer que los trabajadores sean más productivos, que la ciencia tenga más éxito y que innumerables sectores económicos sean más rentables. Estos casos de uso probados y prometedores justifican un valor de mercado global proyectado para la IA avanzada en billones de euros.

Sin embargo, no todos los modelos de IA son iguales: todavía falta una IA confiable y es un área en la que los desarrolladores europeos, al trabajar estrechamente con los reguladores, pueden adelantarse a los competidores globales.

Nuestra investigación ha descubierto que todavía no existen modelos demostrablemente legales, éticos y sólidos. Los modelos de IA frecuentemente “alucinan”, un eufemismo cortés para “inventar cosas”, con resultados que van desde lo divertido – “comer un mínimo de una piedra por día” – hasta lo potencialmente peligroso.

Esto socava la confianza en la tecnología e impide que empresas, gobiernos e individuos la utilicen en áreas sensibles donde podría agregar gran valor, como operaciones de infraestructura crítica.

Agrupación de recursos de IA

Son necesarias enormes inversiones. Nuestra investigación sugiere que un desarrollador de IA de talla mundial costaría entre 30.000 y 35.000 millones de euros en tres años, una suma equivalente a un tercio del fondo emblemático de ciencia e innovación de siete años de la UE, Horizonte Europa.

Cuando se trata de inversión en IA, cuanto más grande, mejor. Construir un modelo de IA potente y rentable requiere grandes cantidades de datos y recursos computacionales, pero los chips de IA de primera calidad son demasiado caros para que cualquier empresa o país europeo pueda costearlos. Con las inversiones fragmentadas en toda la UE, iniciativas como EuroHPC han sido demasiado pequeñas para crear una IA avanzada globalmente competitiva.

Por lo tanto, el modelo CERN sería una iniciativa a nivel de la UE para aunar recursos, talento y ambición en un esfuerzo enfocado a desarrollar modelos de IA confiables. Este enfoque posicionaría a la UE como líder mundial en la investigación y el desarrollo de IA avanzada de uso general.

El instituto debería basarse en un modelo público-privado, que proporcionaría los incentivos y capacidades adecuados para la innovación responsable en IA. Si bien las empresas privadas están mejor equipadas para desarrollar rápidamente modelos que satisfagan las necesidades del mercado, los gobiernos democráticos desempeñarán un papel crucial a la hora de infundir principios de confianza y un pensamiento económico de más largo plazo.

Así como Apple creó el teléfono inteligente utilizando herramientas que surgieron de inversiones gubernamentales de alto riesgo como GPS, Internet y pantallas táctiles, los gobiernos europeos pueden establecer una dirección clara para el desarrollo de la IA, que luego las empresas privadas pueden impulsar.

No hay tiempo que perder. En Estados Unidos y China, las inversiones públicas y privadas a gran escala están fluyendo hacia la IA avanzada y los semiconductores en los que se entrenan sus modelos de IA. Un coste de entre 30.000 y 35.000 millones de euros es significativo, pero sin mejoras masivas en la IA, la economía europea corre el riesgo de perderse el próximo auge tecnológico, tal como se perdió el anterior.

Es hora de crear un CERN para la IA. Esta es la mejor oportunidad que tiene la UE para conseguir un asiento en la mesa del desarrollo global de la IA y marcar el comienzo de una era de competitividad económica europea repotenciada.