Los rescatistas japoneses buscaban sobrevivientes del terremoto del día de Año Nuevo el miércoles antes de las temperaturas gélidas previstas y las fuertes lluvias que amenazaban con provocar deslizamientos de tierra.
El devastador terremoto sacudió la prefectura de Ishikawa en la costa occidental de la isla principal de Honshu, matando al menos a 62 personas, destruyendo cientos de edificios y provocando incendios.
La destrucción aisló la zona remota y desde entonces los rescatistas han luchado por encontrar supervivientes.
¿Cuál es la escala de la destrucción?
El gobierno regional dijo que esperaba que el número de muertos aumentara, ya que las malas condiciones climáticas y las carreteras dañadas complicarían los esfuerzos de rescate.
Unas 300 personas han resultado heridas, 20 de ellas de gravedad, y más de 31.800 se encuentran en refugios, dijo el gobierno. Al menos 200 edificios se derrumbaron.
“Han pasado más de 40 horas desde el terremoto inicial. Esta es una batalla contra el tiempo, y creo que ahora es un momento crucial en esa batalla”, dijo el miércoles el primer ministro Fumio Kishida después de una reunión del grupo de trabajo de emergencia.
Las autoridades duplicaron el número de militares enviados para unirse a la misión de rescate.
Unos 400 temblores más han afectado la región desde el enorme terremoto de magnitud 7,6 del lunes, dijo la Agencia Meteorológica Japonesa.
Se reportan lluvias, cortes de energía y escasez de agua
La agencia meteorológica nacional de Japón aconsejó a la población estar alerta ante posibles deslizamientos de tierra, y se espera que las lluvias continúen hasta el jueves.
El alcalde municipal del área de Suzu, Masuhiro Izumiya, dijo que “casi no había casas en pie” en una de las ciudades de la zona de la península de Noto, que fue muy afectada. Calificó la situación de “completamente catastrófica”.
Según las autoridades locales, unos 32.800 hogares seguían sin electricidad en la prefectura de Ishikawa. Muchas ciudades seguían sin agua corriente y también escaseaban los alimentos.
Los alimentos y los suministros de emergencia que llegaban a la región tuvieron dificultades para llegar a los necesitados debido a las carreteras dañadas y bloqueadas.
rmt/nm (AFP, Reuters)