La Comisión Electoral Independiente (CENI) de la República Democrática del Congo (RDC) dijo el domingo que el presidente en ejercicio, Felix Tshisekedi, había obtenido más del 73% de los votos en las elecciones del 20 de diciembre del país, frente a alrededor del 18% de su rival más cercano. El empresario Moïse Katumbi.
Se espera que el Tribunal Constitucional de la República Democrática del Congo anuncie los resultados definitivos el 10 de enero.
Mientras tanto, la noticia de un probable segundo mandato de Tshisekedi desencadenó una mezcla de optimismo y aprensión entre los congoleños, pero un análisis más profundo reveló una nación que lucha con un ardiente deseo de cambio.
Muchos partidarios de Tshisekedi, como Merveilles Kaleka, un estudiante de Kinshasa, creen que un segundo mandato le permitirá aprovechar los cimientos establecidos durante su primer mandato de cinco años.
“Siento alegría porque ha regresado para un segundo mandato. Va a hacer más de lo que hizo antes”, dijo Kaleka a JJCC.
Paul Tshishimbi, un hombre de negocios, se hizo eco de los sentimientos de Kaleka, pero enfatizó la necesidad de mejorar la gobernanza y la eficiencia.
“Tshisekedi ya conoce los defectos que existían antes. En este segundo mandato verá cómo organizarse”, afirmó Tshishimbi.
Otros congoleños sugirieron que Tshisekedi debería aprovechar el potencial de la juventud del país.
“Le han concedido un segundo mandato, pero queremos que pueda trabajar con los jóvenes”, explica a JJCC el profesor Jean-Robert Kabeya.
Desafíos económicos
Dorcas Tampia, graduada universitaria en Kinshasa, señaló que muchos congoleños preocupados por el frágil estado de la economía congoleña quieren una reactivación fiscal y nuevos empleos.
“En el primer mandato, entendimos que encontró al país sumido en el caos. Es hora de actuar juntos”, dijo Tampia, y agregó que más trabajo conduce en última instancia a una economía más fuerte.
¿Qué pasa con los combates en el este de la República Democrática del Congo?
Mientras tanto, existen grandes preocupaciones en el este del país, particularmente en la provincia de Kivu del Norte, epicentro de un conflicto en curso donde los rebeldes del M23 controlan ciertas áreas.
Las personas que han sido desplazadas por los combates quieren regresar a sus aldeas.
“En casa, cultivamos la tierra. Si vuelve la paz, podríamos volver a casa, la vida podría cambiar”, dice a JJCC Jacqueline Sendugu, una mujer desplazada interna que vive en el campo de Bulengo.
A las preocupaciones de los ciudadanos se suma el descontento latente entre los líderes de la oposición en la República Democrática del Congo.
Martin Fayulu, candidato de la oposición, ha pedido que se anulen las elecciones.
“Todo el mundo sabe que Tshisekedi no puede ganar las elecciones bajo ninguna circunstancia”, afirmó Fayulu.
La posición de Fayulu recibe crédito de la misión conjunta independiente de seguimiento de votos de las Iglesias católica y protestante del Congo (CENCO-ECC), que informó que más del 60% de los colegios electorales sufrieron interrupciones, lo que generó dudas sobre la integridad de los resultados.
Pero los resultados de las elecciones han recibido el visto bueno de algunos políticos prominentes, incluido Gentiny Ngobila, gobernador de Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, quien dice que los resultados son los que se esperaban.
“Más del 90% de los electores en Kinshasa votaron por el candidato número 20 (Felix Tshisekedi), afirmó Ngobila, añadiendo que el resultado no es, por tanto, una sorpresa.
“Si estás en contra, puedes hacerlo, pero para nosotros es una victoria clara”, dijo Ngobila.
Pide repetición
Fayulu no es el único líder de la oposición que expresa descontento.
Moise Katumbi, un destacado rival de Tshisekedi, y otros líderes de la oposición han exigido una repetición de las elecciones y amenazan con salir a las calles.
Algunos de sus seguidores también han expresado su descontento con el resultado de las elecciones y están dispuestos a escuchar este llamado. “Tshisekedi debe irse”, dijo uno de ellos a JJCC en Kinshasa.
Pero el portavoz del gobierno congoleño, Patrick Muyaya, les ha instado a esperar los resultados completos y impugnarlos ante los tribunales si es necesario.
Sin embargo, el equipo de Katumbi se ha negado a buscar vías legales para impugnar los resultados electorales. Alegan que las instituciones estatales favorecieron activamente al titular, más bien indican un deseo de salir a las calles.
La responsabilidad es de Tshisekedi
Los ojos de los congoleños y del resto del mundo están puestos en el Tribunal Constitucional, que validará los resultados provisionales el 10 de enero, determinando el camino a seguir para la República Democrática del Congo.
La responsabilidad recaería entonces directamente sobre los hombros de Tshisekedi.
Tendría la responsabilidad no sólo de navegar por el campo minado político de unas elecciones disputadas, con potencial para protestas callejeras, sino también de cumplir las promesas que le aseguraron un segundo mandato.
Atender las preocupaciones de partidarios como Bilonda y Tshilumba, afrontar las inquietudes económicas expresadas por Tampia y dar prioridad al restablecimiento de la paz en regiones inquietas como Kivu del Norte definirán su legado.