El floreciente sistema educativo de la República Democrática del Congo (RDC) produce miles de graduados cada año, pero el congestionado mercado laboral del país tiene dificultades para acomodarlos a todos.
Muchos jóvenes recién calificados consideran que la transición de las instituciones académicas al mercado laboral es una tarea desalentadora, especialmente porque la mayoría de los empleos se crean en el sector informal del país: más del 88%, según las cifras. de la Organización Internacional del Trabajo, lo que resulta en una escasez de oportunidades de empleo formal.
Sueños amargos
Patrick Konga, un joven residente de Kinshasa, es uno de los afectados por los altos niveles de desempleo.
“Estudié relaciones internacionales, pero hasta ahora estoy desempleado. Dejemos que el gobierno nos ayude”, dice Konga a JJCC. “Si quieren que trabajemos, trabajaremos. Somos competentes.
“Desde que terminé mis estudios, nunca me han contratado en ningún lado. Me duele”, añadió Konga.
Konga, que en 2018 obtuvo una licenciatura en relaciones internacionales en la Universidad Libre de Kinshasa, afirmó que no se ha rendido.
“Mi sueño es tener un trabajo ya que mis padres me obligaron a estudiar”, dijo.
Los jóvenes recurren a la “prostitución profesional”
Hay millones de personas como Konga que tienen educación pero que actualmente están desempleadas.
Desire Ebondo obtuvo una licenciatura en economía de la Universidad de Lubumbashi en 2019.
Según explica a JJCC, el único medio de supervivencia que tiene a su alcance es trabajar como vendedora ambulante de teléfonos móviles.
“Esta pequeña actividad ciertamente me da la fuerza para poder vivir porque no tengo otra profesión que pueda darme estabilidad en este país”, dijo Ebondo. “Siempre soñé con ser empresario, pero la República Democrática del Congo todavía tiene serios problemas”.
La falta de empleo estable ha dejado a muchos jóvenes con opciones limitadas, recurriendo a menudo a lo que Francois Tshitenga describe como “prostitución profesional”.
Tshitenga es licenciado en ciencias políticas y administrativas por la Universidad de Kinshasa, pero lleva más de una década trabajando en puestos ajenos a su campo.
“Uno puede ser licenciado en derecho y terminar como vendedor en una tienda”, señaló Tshitenga.
¿Podría el gobierno hacer más?
Muchos congoleños desempleados culpan del saturado mercado laboral del Congo a la renuencia de los trabajadores mayores a jubilarse y dar paso a una fuerza laboral más joven.
“Aquí en el Congo, siempre son los ancianos los que ocupan todos los puestos. Estamos sacrificados”, lamentó Tshitenga.
Pero Desire dijo que esta situación puede cambiar si el gobierno fuera más proactivo e implementara algunas buenas políticas.
Señaló que la Constitución del país garantiza el derecho al trabajo, la protección contra el desempleo y una remuneración justa y satisfactoria.
“Si el gobierno puede hacerlo bien, creo que este problema del desempleo aún podría llegar a su fin”, afirmó Ebondo.
Djamba Omekenge, abogado que ejerce en el colegio de abogados Kinshasa-Matete, dijo que el gobierno no tiene la voluntad política para resolver el problema.
“El Estado no respeta el compromiso de asumir o garantizar esta responsabilidad según la legislación laboral”, afirma a JJCC.
Para Omekenge, la constitución y el sistema legal no son prácticos, lo que da como resultado que no haya protección legal para los desempleados.
“El sistema judicial debería haber podido proteger a los desempleados, pero no funciona”, añadió Omekenge.
La difícil situación de la juventud educada del Congo subraya la necesidad urgente de actuar para abordar el desempleo.
Con un mercado laboral sobrecargado, los sueños y el potencial de los jóvenes graduados del país se están volviendo amargos.
A medida que el país se acerca a las elecciones presidenciales de diciembre, la cuestión de cómo afrontarán esta crisis los futuros líderes cobra gran importancia y exige soluciones significativas.