Después de una reciente visita al presidente cubano Miguel Díaz-Canel en La Habana, el renombrado teólogo de la liberación brasileño Frei Betto expresó su profunda preocupación por la actual situación económica de Cuba. El fraile dominico y ex intermediario entre la Iglesia católica y el gobierno del fallecido líder comunista Fidel Castro, pintó un panorama sombrío, describiéndolo como el más desafiante que jamás haya presenciado desde la revolución cubana en la década de 1950.
Betto también trabaja para el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, y su evaluación fue subrayada por la reciente noticia de que el gobierno liderado por el Partido Comunista en La Habana estaba buscando ayuda alimentaria del PMA. Operando en Cuba desde 1963, La Habana sólo ha solicitado al PMA que entregue alimentos después de catástrofes naturales como huracanes.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU pidió intervenir
El llamamiento sin precedentes de La Habana para ayuda alimentaria ya se hizo a finales de 2023, dijo el PMA, y ya ha comenzado a entregar leche desnatada en polvo a Cuba. La agencia de noticias española EFE informó la semana pasada que se enviaron 144 toneladas, aproximadamente el 7% de las necesidades mensuales totales del país de 2.000 toneladas.
El gobierno cubano normalmente proporciona una cuota mensual de leche fuertemente subsidiada a niños y personas con dietas específicas debido a enfermedades crónicas. Además, un sistema estatal llamado Libreta proporciona otros productos básicos como frijoles, aceite de cocina, arroz y carne de pollo a quienes los necesitan, lo que le cuesta al gobierno alrededor de 1.600 millones de dólares (1.470 millones de euros) al año.
Sin embargo, las recientes perturbaciones en la disponibilidad de leche suministrada por el Estado han provocado retrasos y complicaciones en la distribución. Algunas provincias han reducido las cantidades de entrega, mientras que otras han sustituido la leche por almíbar o refrescos instantáneos enriquecidos con vitaminas.
La Ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Rodríguez, dijo recientemente a los periodistas en La Habana que “los desafíos en la compra de leche en polvo en el extranjero, así como los problemas de suministro interno y procesamiento dentro de la industria láctea nacional”, eran las razones de la escasez.
La crisis de divisas en Cuba
El economista cubano Omar Everleny Pérez, sin embargo, culpa de la crisis a los “actuales problemas económicos de Cuba, incluida una grave escasez de divisas”. Pérez dijo a JJCC que Cuba podría ser autosuficiente en alimentos esenciales que podrían producirse en el país. Sin embargo, “las deficiencias del modelo agrícola cubano” han hecho necesarias las importaciones de alimentos.
La escasez de divisas, dijo, se vio exacerbada por una disminución de los ingresos por turismo, el aumento de las sanciones estadounidenses y los elevados precios de los alimentos y la energía debido al conflicto en Ucrania.
El ministro cubano de Industria Alimentaria, Alberto López Díaz, aseguró la semana pasada a los cubanos que el suministro de leche estaría asegurado en marzo gracias a los envíos frescos de Brasil.
Escasez más allá de la leche
La escasez de leche en polvo no es la única preocupación de los cubanos. El suministro de harina de trigo para pan también es problemático, lo que llevó al gobierno a anunciar recortes en el suministro de pan subsidiado hasta finales de marzo. Según se informa, algunas provincias ya han limitado la distribución de pan.
El economista Pérez señaló que los cortes de energía se han incrementado en los últimos tiempos debido a la escasez de combustible. Pero también dijo que los cubanos están acostumbrados a carencias de todo tipo y que la situación era mejor que años antes debido a reformas económicas que permitieron negocios privados a pequeña escala. Pérez argumentó que el principal problema de la economía cubana es la alta inflación, que aumentaría las necesidades financieras del gobierno y encarecería los subsidios estatales.
“En ningún lugar del mundo las panaderías son propiedad del Estado”, explica a JJCC. Sugirió que el gobierno debería dar más libertad a las pequeñas y medianas empresas privadas para abordar la escasez. “Creo que el Estado debería centrarse más bien en los sectores estratégicamente importantes de la economía”, añadió.
A pesar de las dificultades, Pérez es cautelosamente optimista sobre el futuro de Cuba, citando una posible recuperación económica a través del turismo. Dice que si los líderes políticos toman las medidas adecuadas, el sector privado puede desempeñar un papel crucial y reducir la presión sobre el Estado.
Añadió que el llamamiento al PMA podría verse como “una medida pragmática” del gobierno cubano para “aliviar el presupuesto estatal y crear espacio para las reformas planificadas”.