De las palabras a la acción: hacer real la agenda de competitividad de Europa

De las palabras a la acción: hacer real la agenda de competitividad de Europa

Con los cambios globales en marcha, la UE tiene una rara oportunidad de convertirse en una potencia industrial
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Europa se esfuerza por recuperar su lugar como líder mundial en innovación e industria. Para hacer eso, debe ser un lugar estable y predecible para la industria.

El mundo está entrando en una nueva era de creciente inestabilidad. Las tensiones geopolíticas, la fragmentación de la cadena de suministro, la inflación y el aumento de las barreras comerciales están remodelando la dinámica económica global. Este clima de imprevisibilidad plantea una seria amenaza para la industria, socavando la innovación, disuadiendo la inversión y obligando a las empresas a tomar decisiones a largo plazo en contextos a corto plazo. Sin embargo, dentro de esta turbulencia se encuentra una oportunidad estratégica, una de la UE ha reconocido y ha comenzado a actuar, lo que indica su intención de convertirse en un centro estable y competitivo para los negocios. La prueba real ahora es el seguimiento: convertir la ambición en acción coordinada y sostenida.

Conducir prosperidad y habilitar la empresa

Este mandato de la UE ha dejado en claro que, al menos en el espacio comercial, la competitividad está en el corazón de la agenda. El enfoque se ha solidificado además por la publicación de la brújula de competitividad, destinada a fomentar un entorno más establecido en el negocio. Este enfoque renovado es bienvenido y necesario, especialmente en estos tiempos inestables. Para prosperar, innovar y realizar inversiones a largo plazo, la industria necesita menos burocracia, menos burocracia y, en cambio, más estabilidad, previsibilidad y un marco regulatorio coherente y consistente alineado con los propios objetivos de competitividad de la UE.

La prueba de estrés de la legislación existente, el trabajo hacia una estrategia de inicio y escala, así como la evaluación adecuada del impacto y el seguimiento de la junta de escrutinio regulatorio son útiles para crear una Europa más competitiva y resistente. La declaración de Ursula von Leyen durante el Foro Económico Mundial en enero de 2025 de la creación de una Unión Europea de Ahorro e Inversiones, así como el 28º régimen son ejemplos adicionales de cuán en serio la UE está tomando la necesidad de un cambio a nivel europeo para garantizar un mercado único adecuado y eliminar las barreras para la industria.

Alineando la ambición con la acción

La Comisión Europea ha enviado una fuerte señal de que debe hacer de Europa un lugar atractivo para hacer negocios. Pero a menos que esta ambición sea seguida por una acción concreta, extrayendo la misma dirección de los reguladores, agencias e instituciones, el progreso se detendrá o peor retroceder. Los formuladores de políticas deben asegurarse de que la acción regulatoria esté alineada con la dirección política para no socavar los esfuerzos de competitividad.

Un alto grado de coherencia puede ser desafiante en el panorama institucional de la UE grande y complejo. Pero a medida que Europa se está duplicando en su agenda de competitividad, es esencial para todas las partes del sistema, desde la política hasta la implementación de servicios, para trabajar en concierto. Los mercados de capitales europeos, por ejemplo, permanecen fragmentados, y en el frente legislativo, hay más legislación en el futuro (por ejemplo, la Directiva de reclamos verdes o la Ley de Equidad Digital). La competitividad no debe ser un objetivo separado en sí mismo, sino una lente, a través de la cual se deben evaluar todas las decisiones.

Empoderando a los empresarios

El clima geopolítico actual ha proporcionado a Europa el impulso político necesario y la oportunidad de esforzarnos por recuperar su lugar como líder mundial en innovación e industria. Para hacer eso, Europa debe ser un lugar estable y predecible para la industria. El éxito requerirá un esfuerzo sostenido para alinear todos los niveles de gobierno detrás de una agenda para el crecimiento y la inversión, y parte de eso debe ser el diálogo y la cooperación con los negocios, así como un mayor enfoque en la implementación y la regulación basada en la evidencia.

Herbalife está en una posición única para apoyar esta visión. Como una compañía global de salud y bienestar que opera a través de una red de distribuidores independientes, que son propietarios y empresarios de pequeñas empresas, Herbalife contribuye directamente a las economías locales en toda la UE. Estas personas representan el tipo de actores económicos ágiles arraigados en la comunidad que la estrategia de competitividad de la UE tiene como objetivo empoderar.

Para desbloquear completamente este potencial, los formuladores de políticas deben asegurarse de que la regulación no solo sea inteligente y proporcional, sino que también se alinee con las realidades de quienes impulsan la actividad económica de base. Esto incluye reducir las cargas administrativas, aplicar flexibilidad cuando corresponda y fomentar el diálogo estructurado entre los reguladores y la comunidad empresarial.

Elogiamos el enfoque renovado de la Comisión Europea en la competitividad e impulsa la alineación continua entre la ambición política y la práctica regulatoria. Empresas como Herbalife y los miles de empresarios que apoyan pueden ser socios vitales en la construcción de una economía europea más competitiva, resistente e inclusiva.

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