El euro digital: ¿una solución en busca de un problema o la próxima evolución del dinero?

El euro digital: ¿una solución en busca de un problema o la próxima evolución del dinero?

¿Es el euro digital el siguiente paso lógico? La respuesta depende de su forma, diseño, valor agregado concreto y características competitivas
Las opiniones están divididas sobre el proyecto del euro digital | Foto: Alamy

Diferentes aspectos de nuestras vidas están cada vez más influenciados por las tecnologías digitales, y nuestras billeteras no son una excepción. En la Unión Europea y sus Estados miembros, el dinero digital está disponible en forma de depósitos bancarios, transferencias electrónicas, pagos con tarjeta y pagos móviles.

Los acontecimientos recientes, como el deseo de aumentar la autonomía estratégica de la UE, la disminución del uso de efectivo y una posible amenaza para el euro por el posible uso generalizado de monedas digitales privadas no denominadas en euros (como las criptomonedas) han llevado a la Unión Europea Central (BCE) para explorar la introducción de un euro digital.

Dos años después del lanzamiento de la investigación para un euro digital para uso minorista, nos acercamos a un punto crucial.

Primero, la Comisión Europea publicará, durante el verano, una propuesta de legislación para proporcionar la base legal para los planes del euro digital del banco central, que será debatida y finalizada por el Parlamento Europeo y los Estados miembros de la UE.

En segundo lugar, se espera que el BCE, en otoño, decida si pasa a una fase de realización del proyecto. Una vez que se establezca el marco legal y se haya elaborado el diseño y la configuración técnica, el BCE puede decidir emitir un euro digital, que podría estar disponible para el público en 2027.

Sin embargo, muchos aspectos clave siguen siendo discutibles. ¿Es un euro digital minorista la forma más eficiente de lograr un mercado europeo de pagos minoristas competitivo? ¿Cómo garantizar que la financiación bancaria no corra peligro a medida que los depósitos de los consumidores fluyen hacia los monederos digitales en euros, lo que dificulta que los bancos presten a empresas y particulares? ¿Qué salvaguardas se pondrán en marcha para evitar corridas bancarias digitales en tiempos de crisis? ¿Y cómo cumpliría un euro digital minorista los diferentes objetivos políticos propuestos por el BCE, que van desde la autonomía estratégica hasta una alternativa a las soluciones de pago, un ancla monetaria y una herramienta para la inclusión financiera?

También hay preguntas sobre quién debe hacer qué. Creemos que el sector privado tiene la experiencia y los conocimientos necesarios para diseñar las soluciones de pago para hacer llegar el euro digital al público. El BCE es responsable de garantizar que el euro siga siendo el ancla monetaria de la eurozona y que las formas alternativas de dinero privado no amenacen la usabilidad de la moneda única.

El principal desafío para los responsables de la toma de decisiones será demostrar que un euro digital minorista es la mejor manera de garantizar este ancla monetaria, al tiempo que demuestra su valor añadido para los ciudadanos y las empresas en un panorama de pagos europeo ya exitoso.

La legislación será clave, no solo para establecer la base legal y los aspectos centrales de un euro digital, sino también para garantizar que se lleve a cabo un debate público y democrático exhaustivo. Un esfuerzo de esta magnitud merece tiempo, atención y un análisis profundo de sus pros y sus contras.

Entonces, ¿es el euro digital el siguiente paso lógico? La respuesta depende de su forma, diseño, valor agregado concreto y características competitivas.

Un euro digital es, ante todo, un proyecto político que debe anclarse en las realidades del mercado de pagos europeo y proporcionar beneficios comprensibles y tangibles para los ciudadanos y las empresas. Debe mirar al futuro y no duplicar lo que ya existe.