La región belga de Flandes llama al “médico del clima”
Un anuncio de empleo publicado en Flandes a principios de este mes ha generado mucha atención: la región belga está buscando un “médico del clima” para abordar las consecuencias médicas del cambio climático.
En Europa y en otros lugares, los gobiernos se están dando cuenta de que las consecuencias del cambio climático han comenzado a notarse y no se pueden revertir. La atención se está centrando en la mitigación, desde defensas contra inundaciones hasta cultivos resistentes a la sequía, junto con esfuerzos para reducir las emisiones y minimizar los efectos futuros.
El impacto sobre la salud humana también puede ser grave. A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud considera que el cambio climático es “la mayor amenaza para la salud que enfrenta la humanidad” y estima que los costos resultantes ascenderán a entre 2.000 y 4.000 millones de dólares por año para 2030.
El Ministerio de Sanidad flamenco podría ser un referente. El médico del clima, que todavía no ha sido contratado, tendrá la misión de identificar amenazas, crear planes de acción y asesorar a los responsables políticos.
“Antes, la gente pensaba que el cambio climático tenía que ver con los osos polares o con la gente de África”, afirma Anne Stauff, de la Alianza por la Salud y el Medio Ambiente, una ONG con sede en Bruselas. “Pero ahora, con todos estos cambios que hemos visto, ha quedado claro que, en realidad, se trata de un problema que afecta a Europa y a nuestra salud”.
Los fenómenos medioambientales pueden tener diversas consecuencias para la salud humana, no todas ellas obvias. Además del riesgo de ahogamiento, por ejemplo, las inundaciones pueden traer bacterias transmitidas por el agua o provocar una crisis de salud mental en las personas que pierden sus hogares.
La mala calidad del aire, causada por la contaminación local pero agravada por un clima más cálido, provoca graves problemas de salud. Es responsable de 253.000 muertes prematuras en la UE cada año, según una evaluación de 2023 de la Agencia Europea de Medio Ambiente.
“Todos los principales riesgos del cambio climático tienen un impacto en la salud”, afirma Wouter Vanneuville, experto en adaptación al cambio climático de la agencia.
Las plantas invasoras, como la ambrosía, provocan nuevas alergias. La agencia gubernamental francesa ANSES ha estimado que el polen de ambrosía cuesta a los servicios de salud del país entre 59 y 186 millones de euros cada año. Además, las temporadas de alergias son cada vez más largas e intensas en general.
Pero el problema más acuciante y visible en Europa es el calor. El año pasado fue el más caluroso registrado y 2024 se perfila para superarlo. Cuarenta y siete mil personas murieron en Europa por causas relacionadas con el calor en 2023 y 61.000 el año anterior. Eso representa el 95% de todas las muertes causadas por desastres naturales.
“Estas cifras deberían ser una llamada de atención”, dice Stauff, señalando que Europa es el continente que se calienta más rápidamente en el planeta y es particularmente vulnerable debido a su población urbana y envejecida.
Nuevas amenazas
Las olas de calor encabezarán la lista de tareas del nuevo médico del clima de Flandes. “En Flandes hay más olas de calor que nunca”, afirma Joris Moonens, portavoz del Departamento de Atención, la agencia del gobierno regional flamenco que está contratando para el puesto. Sugiere que una legislación que regule el aire acondicionado en las residencias de ancianos o las pausas obligatorias para trabajar al aire libre podrían ser algunas de las primeras cosas que se deberían estudiar.
El médico del clima también tendrá que lidiar con el mosquito tigre, que transmite el dengue. Con el aumento de las temperaturas y la humedad, esta especie se ha establecido en 78 de los 96 departamentos administrativos de Francia en sus 18 regiones, y ha establecido una pequeña población en Bélgica. El año pasado, se registraron 130 casos de dengue de transmisión local en la UE.
En los próximos años, también podrían establecerse en Europa otros tipos de mosquitos e insectos peligrosos, con consecuencias potencialmente graves para la salud. “Es posible que en un futuro no muy lejano, incluso la malaria se vuelva endémica en nuestra región”, afirma Moonens.
Según Vanneuville, la cuestión de la atención sanitaria relacionada con el clima también está cobrando importancia a nivel de la UE. El bloque creó el Observatorio Europeo del Clima y la Salud en 2021 y los políticos de alto nivel están debatiendo ahora si incluir un elemento climático en la cartera del nuevo comisario de Salud, afirma.
En marzo, la Agencia Europea de Medio Ambiente publicó su Evaluación Europea de Riesgos Climáticos, que concluyó que las políticas no están siguiendo el ritmo de los riesgos en rápido crecimiento y que, sin acciones urgentes, algunos de los impactos sobre la salud podrían volverse catastróficos para 2100.
Stauff afirma que los responsables políticos deben mostrar un mayor sentido de urgencia. “Necesitamos situar la salud y la protección de la salud en el centro de toda la política climática de la UE”, afirma.