Al menos 28 personas murieron después de que un autobús que transportaba peregrinos chiítas paquistaníes volcara en el centro de Irán el martes por la noche (20 de agosto).
Los peregrinos viajaban de Pakistán a Irak cuando el autobús se incendió frente al puesto de control de Dehshir-Taft en Irán, a unos 681 kilómetros (423 millas) al sur de la capital iraní, Teherán.
Además, otras 23 personas resultaron heridas en el accidente, 14 de ellas gravemente heridas, añadió.
Los peregrinos se dirigían a la ciudad de Karbala en Irak para conmemorar uno de los eventos más importantes según el calendario chií.
En el momento del accidente había 53 personas a bordo, incluidos peregrinos de Sindh, Ghotki y Larkana, en Pakistán.
Tras el accidente, los equipos de rescate entraron a través del cristal roto del autobús para salvar a los pasajeros.
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Según un informe de la televisión estatal iraní, Malekzadeh dijo que los frenos del autobús fallaron y culpó a la falta de atención del conductor.
Pakistán reacciona ante el accidente en Irán
El ministro del Interior de Pakistán, Mohsin Naqvi, expresó sus condolencias por la muerte de los peregrinos.
“Estamos profundamente entristecidos por la pérdida de preciosas vidas humanas en el accidente de autobús en Irán”, dijo.
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La peregrinación de Arbaeen marca el final de un período de 40 días de luto por el imán Hussein, nieto del profeta Mahoma, que murió a manos de las fuerzas musulmanas omeyas en la batalla de Karbala durante el tumultuoso primer siglo de la historia del Islam.
Cabe destacar que Irán tiene uno de los peores historiales de seguridad vial del mundo y ha reportado casi 20.000 muertes al año. Se ha culpado a la falta de respeto por las leyes de tránsito, a los vehículos inseguros y a los servicios de emergencia insuficientes en las vastas áreas rurales de estas muertes.