La resistencia del Bloque del Este en el punto de mira del DOK Leipzig

“Europa: no hagas concesiones al imperialismo soviético” está escrito en una pancarta del documental de 1990 “The Baltic Way”, ambientado durante esos años cruciales en los que los estados bálticos lucharon por su soberanía frente a la Unión Soviética.

El documental destaca cómo Moscú no aceptó las aspiraciones de independencia de los pueblos de Letonia, Lituania y Estonia, calificando sus deseos de “histeria nacionalista”. Los dirigentes rusos cuestionaron su “viabilidad”, y no sería la última vez que sucedería.

“Muchas personas que salieron a la calle en aquel momento dijeron que sentían una fuerte sensación de libertad”, recuerda la directora letona Laila Pakalnina, entonces graduada de la Academia de Cine de Riga.

Rodó su película de graduación “La Catedral”, que se proyectará este año en el festival de cine documental DOK Leipzig, durante los días decisivos del enfrentamiento entre Letonia y la Unión Soviética, en enero de 1991.

Ella y su equipo acompañaron a personas que se habían refugiado en una catedral de Riga. Además del personal médico, a la capital acudieron personas de todo el país para asistir a las manifestaciones independentistas y allí encontraron refugio.

Durante el rodaje incluso tuvo lugar una boda, que Laila Pakalnina filmó espontáneamente. El cortometraje finaliza con la triste realidad de aquella época. El camarógrafo que filmó la boda es asesinado a tiros al día siguiente en las calles de Riga.

“Decidimos no incluir ninguna narración en la película. Las imágenes deberían hablar por sí solas”, dice Laila Pakalnina.

“En la época del socialismo, los documentales siempre iban acompañados de una voz en off. El régimen quería que todos entendieran lo mismo, que pensaran lo mismo”, explica Pakalnina. “Desde entonces sólo he hecho mis películas sin doblaje.”

El 6 de septiembre de 1991, la Unión Soviética finalmente reconoció la independencia de los tres estados bálticos. A esto siguió la retirada de las tropas rusas de la región.

DOK Leipzig y la visión de la resistencia

Este año se proyectarán en el DOK Leipzig en la sección Retrospectiva documentales que muestran la resistencia del pueblo al poder soviético y al régimen comunista.

Además de la película de Laila Pakalnina “La Catedral”, el programa incluye otras películas como “El nacimiento de la solidaridad” (1981), “Confusión” (que documenta los acontecimientos en Checoslovaquia en 1968), “Hungría en llamas” (estrenada en 1957, un año después de la Revolución Húngara) y muchos más.

“Estos temas persisten hoy en día, ya que todavía hay muchos levantamientos en el mundo, en los que la gente se enfrenta a estados autoritarios y dictatoriales y lucha por su libertad”, afirman los comisarios de la retrospectiva, Andreas Kötzing y Katharina Franck.

Problema recurrente

“Estos levantamientos no desaparecieron con el fin de la Guerra Fría. Podríamos haber continuado con este programa hasta las revoluciones en los estados del norte de África o en el Maidan”, afirma Kötzing, que también es investigador en el Instituto Hannah-Arendt de Dresde. , que se centra en la evolución política, social y cultural de los regímenes totalitarios.

La lucha por la independencia del ámbito soviético no podría ser más actual si nos fijamos en la situación en Ucrania, añade el comisario de la película.

“Con esta retrospectiva también pretendemos estimular un debate que anime a la gente a cuestionar y reflexionar sobre las circunstancias políticas actuales”, señala Kötzing. “Todo el mundo puede descubrir algo, independientemente de su generación y conocimiento”, añade Franck, que también es curador de cine en la Cinemateca de Leipzig.

Para la directora Laila Pakalnina, los documentales de entonces también resuenan con fuerza: “Es importante ver las películas de finales de los años 80 y principios de los 90, porque desgraciadamente la historia se repite”, afirma. “Hoy, como entonces, tenemos este vecino grande y peligroso que ahora está matando gente en Ucrania”.

Leipzig: la ubicación ideal

El festival de Leipzig se fundó en 1955 y está considerado el festival de cine documental más antiguo del mundo.

Desde entonces, Leipzig se ha convertido en uno de los lugares de encuentro más importantes del panorama del cine documental internacional. Pero la historia del festival también tiene sus cambios, que la presente retrospectiva no omite.

“Hubo fuertes repercusiones en cuanto a las libertades del festival, en cuanto a qué películas se podían proyectar y a qué invitados se podía invitar”, afirma el cocomisario Andreas Kötzing.

El festival de Leipzig, situado en la antigua RDA comunista de Alemania Oriental, siempre estuvo claramente impulsado por sus convicciones políticas: “Había un compromiso muy fuerte contra la opresión de los pueblos; películas sobre la guerra de Vietnam y más tarde sobre las dictaduras militares en América Latina fueron mostrado”, explica Kötzing.

Sin embargo, hubo, por supuesto, temas que no se pudieron abordar debido a la censura, como por ejemplo aquellos que trataban de la política cultural en los estados del Este: “El compromiso social de los pueblos oprimidos en el mundo significaba principalmente un compromiso contra el imperialismo, contra lo que estaba sucediendo en los estados occidentales; era mucho más difícil mostrar solidaridad con los estados y pueblos que estaban oprimidos en los países socialistas o incluso hacer referencias a los disturbios allí. Eso era muy tabú”.

La retrospectiva del DOK Leipzig es también un examen crítico de la historia de los festivales de Leipzig, explica.

La retrospectiva de este año muestra precisamente aquellas películas que se rodaron en aquella época en condiciones difíciles y a las que a menudo no se permitía proyectar, o películas que consiguieron sortear muy sutilmente la censura y de algún modo intentaron integrar este tema en sus películas, aunque fueran consciente del peligro, como “The Match Ballad” (1953).

El programa también incluye películas que se rodaron sin saber si se permitiría exhibirlas y cuándo, o cuyas bobinas fueron introducidas de contrabando a Occidente, a través de cineastas que huyeron a Estados Unidos.

Es una mirada a la lucha contra las dictaduras comunistas y los regímenes totalitarios, desde un pasado no muy lejano, acontecimientos que todavía tienen ramificaciones en la actualidad.