Las autoridades paquistaníes han cerrado carreteras nacionales y autopistas en todo el país en previsión de una manifestación de protesta organizada por el partido Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI) en Islamabad el domingo (24 de noviembre). La manifestación se lleva a cabo en apoyo del ex primer ministro Imran Khan, que lleva más de un año encarcelado. El PTI afirma que los cargos en su contra tienen motivaciones políticas.
La protesta también tiene como objetivo señalar una supuesta interferencia en las elecciones generales de febrero y exigir medidas para salvaguardar la independencia judicial, que según el partido ha sido socavada por la 26ª Enmienda Constitucional. El gobierno ha negado estas acusaciones.
La administración del primer ministro Shehbaz Sharif se comprometió a tomar medidas estrictas para impedir la protesta del PTI y advirtió que los participantes corren el riesgo de ser arrestados. En un esfuerzo por reprimir la manifestación, las autoridades desplegaron fuerzas de seguridad, prohibieron las reuniones públicas, bloquearon carreteras en Islamabad y Rawalpindi utilizando contenedores y lanzaron una ofensiva contra los líderes y trabajadores de la oposición.
Mientras tanto, la Autoridad Nacional Contra el Terrorismo de Pakistán (NACTA) ha emitido una advertencia sobre posibles ataques militantes contra la manifestación del PTI. En una alerta clasificada compartida a principios de semana, NACTA indicó que miembros del prohibido Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP) habían cruzado a Pakistán desde Afganistán y se habían infiltrado en ciudades clave.
La alerta, emitida el jueves pero publicada en los medios de comunicación el sábado, se basó en información de inteligencia de “múltiples fuentes” sobre amenazas a la marcha de protesta.