Funcionarios de Pakistán dijeron el domingo (26 de mayo) que las autoridades arrestaron a 11 militantes islamistas que estuvieron involucrados en el atentado suicida que mató a ingenieros chinos en marzo.
El ataque en la provincia noroccidental de Khyber Pakhtunkhwa obligó a Power China y a China Gezhouba Company a detener el trabajo en dos proyectos de represas después de que una bomba mató a cinco trabajadores y a un conductor paquistaní, hundiendo su camioneta en un profundo barranco.
Cientos de trabajadores chinos trabajan en las obras de construcción de las presas de Dasu y Diamer Bhasha, situadas a unos 100 kilómetros de distancia en un terreno montañoso.
El jefe antiterrorista de Pakistán, Rai Tahir, junto con el ministro del Interior, Mohsin Naqvi, hicieron el anuncio en una conferencia de prensa.
Según las autoridades, los detenidos pertenecen a los talibanes locales, también conocidos como Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), que es un grupo que agrupa a decenas de islamistas suníes y grupos militantes sectarios.
Según Tahir, el arresto de los sospechosos fue posible gracias al uso de un teléfono móvil por parte del atacante suicida para comunicarse con sus responsables locales.
Dijo que la investigación y las pruebas revelaron que los militantes estaban siguiendo órdenes de funcionarios del TTP en Afganistán.
Pakistán culpa a Afganistán
El ejército paquistaní había afirmado anteriormente que el ataque fue planeado en Afganistán y que el atacante suicida también era un ciudadano afgano. Kabul niega las afirmaciones.
“Tenemos pruebas forenses que demuestran que los militantes del TTP que operaban desde Afganistán están involucrados en esto”, afirmó el ministro Naqvi.
Beijing es el socio más cercano de Islamabad, ya que China habitualmente proporciona ayuda financiera a su vecino e invierte millones en proyectos de infraestructura.
Sin embargo, los paquistaníes se han quejado de que no reciben una parte justa de los empleos o del efectivo creado por las empresas.