¿Puede Europa luchar contra la diplomacia de rehenes de Irán?
Cuatro ciudadanos europeos regresaron a casa recientemente, luego de ser liberados de su detención en Irán. La noticia ha abierto un debate en Bruselas sobre si la Unión Europea cuenta con las medidas adecuadas para contrarrestar la diplomacia de rehenes.
Entre los liberados estaba el cooperante belga Olivier Vandecasteele, que pasó 15 meses encarcelado por cargos de espionaje. Su liberación se aseguró a través de un controvertido intercambio de prisioneros que vio la repatriación de Asadollah Assadi, un diplomático iraní condenado por terrorismo por un tribunal de Amberes en 2021.
Assadi había sido declarado culpable en relación con un complot frustrado para bombardear una manifestación de disidentes iraníes en las afueras de París en 2018, lo que habría resultado en uno de los ataques terroristas más mortíferos en la historia europea reciente, si no hubiera sido frustrado por los servicios de seguridad.
El caso marcó la primera vez que un funcionario iraní enfrenta cargos de terrorismo en la UE desde la revolución iraní de 1979. Se cree ampliamente que Vandecasteele fue liberado en un intento por asegurar la libertad de Assadi.
“El arresto (de Vandecasteele) tuvo lugar en medio del patrón bien documentado de las autoridades iraníes de detener arbitrariamente a ciudadanos con doble nacionalidad y extranjeros y usarlos como palanca”, dijo al Parlamento Nassim Papayianni, principal activista sobre Irán en Amnistía Internacional.
Su organización, dice, “ha pedido repetidamente a los estados cuyos ciudadanos están detenidos en Irán que examinen si esa privación de libertad equivale a un acto de toma de rehenes y, de ser así, (que) tomen todas las medidas apropiadas para garantizar la rendición de cuentas”.
La toma de rehenes es un delito según el derecho internacional, según lo estipulado en las Convenciones de Ginebra de las Naciones Unidas de 1977, lo que significa que las autoridades belgas podrían haber emprendido acciones legales. Las autoridades iraníes sometieron a Vandecasteele a torturas y otros malos tratos, dice Papayianni, además de “desaparecerlo por la fuerza”, lo que significa que su paradero era desconocido, incluso para su familia, su abogado y las autoridades belgas.
La desaparición forzada también viola el derecho internacional, por lo que “se aplica la jurisdicción universal”, explica Papayianni, aunque Vandecasteele no haya desaparecido en suelo belga.
“Entonces, las autoridades en Bélgica pueden investigar el crimen”, dice, y emitir órdenes de arresto internacionales para aquellos sospechosos razonables de haber cometido los delitos de toma de rehenes y desaparición forzada una vez que tengan pruebas suficientes.
Es difícil precisar el número exacto de ciudadanos europeos detenidos en Irán. El gobierno belga dice que quedan al menos 22 prisioneros, mientras que Francia estima que ese número se acerca a los 30.
La liberación de Vandecasteele y otros ha llevado a algunos legisladores de la UE a preguntarse si es hora de implementar nuevas medidas que permitan al bloque reaccionar de manera más decisiva frente a casos de toma de rehenes. En su sesión plenaria de junio, el Parlamento Europeo debatió una estrategia para contrarrestar la diplomacia de rehenes a iniciativa de la eurodiputada holandesa Samira Rafaela y la eurodiputada belga Hilde Vautmans.
Después del debate, Rafaela le dice al Parlamento que el bloque debe implementar una “estrategia coordinada y un grupo de trabajo especial a través del cual todos los Estados miembros puedan responder de manera efectiva” a la toma de rehenes. “Permítanme ser muy clara, estoy muy feliz de que Olivier Vandecasteele ya no esté encarcelado”, dice, “pero lo que vemos en la práctica ahora es que los consulados y las embajadas no tienen suficiente poder para responder por sí mismos”.
Rafaela señala la falta de comprensión de la diplomacia de rehenes que impide que los legisladores tomen las medidas adecuadas para contraatacar, y explica que la conciencia reciente sobre el tema debería conducir a una acción decisiva. “Cuando descubres que este es un problema estructural, que va más allá de las fronteras, entonces debes darte cuenta de que sería prudente si organizamos nuestra influencia y operamos como un bloque contra estos regímenes”, dice.
En un discurso pronunciado en su nombre en la sesión plenaria de junio, el máximo diplomático de la UE, Josep Borrell, describió la reciente liberación de ciudadanos europeos previamente detenidos en Irán como “noticias muy positivas”, pero como “sucedidas en el contexto de un número creciente de detenciones ilegítimas de ciudadanos de la Unión Europea en Irán”. La UE insta a Irán a liberar a todos los prisioneros detenidos arbitrariamente, agregó.
Las consecuencias exactas de la liberación por parte del gobierno belga de Assadi, un terrorista convicto, aún no están claras. Los críticos del acuerdo de intercambio de prisioneros dicen que allana el camino para una política de apaciguamiento que animará a Irán a seguir utilizando a los ciudadanos europeos como palanca. En un comunicado, el Consejo Nacional de Resistencia de Irán (NCRI), el grupo disidente con sede en Francia cuya manifestación Assadi intentó bombardear, calificó su liberación como “un vergonzoso rescate por el terrorismo y la toma de rehenes”.
Shahin Gobadi, un portavoz del NCRI, dice que el régimen iraní “se ha esforzado por sacar a Assadi” para dar una sensación de seguridad a otros actores de inteligencia nacional. La liberación de Assadi “envía un mensaje a Teherán de que pueden salir impunes con el asesinato a gran escala”, le dice al Parlamento. “Ese es obviamente un mensaje muy, muy peligroso”. Por su parte, Irán ha mantenido la inocencia de Assadi y saludado su liberación.
“Es siniestro”, dice Gobadi sobre el “dolor y la agonía” por los que pasó la familia de Vandecasteele. “Nuestro corazón está con ellos. Sabemos lo que se siente perder a tus seres queridos por culpa de este régimen”.