El gobierno de Suecia dijo el viernes que autorizaría al ejército a ayudar a la policía en la lucha contra los grupos criminales organizados.
Los comentarios se producen después de que el primer ministro Ulf Kristersson se reuniera con el jefe de las fuerzas armadas de Suecia y el jefe de la policía el viernes para discutir formas de detener la creciente violencia de las pandillas en el país.
¿Qué dijo Kristersson?
Tras la reunión, Kristersson dijo que la policía y las fuerzas armadas tendrían un mandato oficial para explorar formas de cooperar. También dijo que el gobierno estudiaría cambiar la ley que limita las circunstancias en las que la policía puede solicitar asistencia militar sin dar detalles específicos.
“La ola de violencia no tiene precedentes en Suecia, pero tampoco tiene precedentes en Europa. Ningún otro país tiene una situación como la nuestra”, afirmó. “La policía no puede hacer todo el trabajo por sí misma”.
Sólo en septiembre, 12 personas murieron en la ola de violencia que azotó el país. Uno murió en un ataque con bomba y otros 11 fueron asesinados a tiros en incidentes separados.
El comisario de la policía nacional, Anders Thornberg, aclaró, sin embargo, que las fuerzas armadas no recibirán tareas policiales “directas”.
Kristersson dijo que las fuerzas armadas suecas podrían ayudar a la policía con conocimientos sobre explosivos, logística de helicópteros y análisis, y añadió que esto podría hacerse sin cambiar ninguna ley.
Militares y policías trabajarán juntos
El país escandinavo lleva años luchando contra el crimen rampante de las bandas. Thornberg dijo que ahora representa una “seria amenaza a la seguridad del país”.
Después de ganar las elecciones del año pasado, el gobierno de coalición de Kristersson otorgó a la policía mayores poderes e introdujo castigos más severos para los delitos con armas de fuego.
“Vamos a perseguir a las pandillas y vamos a derrotarlas”, dijo Kristersson durante un discurso televisado el jueves por la noche.
Kristersson también podría desplegar soldados para ayudar a frenar la escalada de violencia, una medida también solicitada por los socialdemócratas de la oposición.
“Esto no es Suecia, no es así como se supone que debe ser Suecia”, afirmó la líder socialdemócrata Magdalena Andersson.
Kristersson atribuyó la crisis a años de ingenuidad política, particularmente bajo gobiernos liderados por socialdemócratas y a una retórica antiinmigrante intensificada. El Partido Moderado de Kristersson llegó al poder con el apoyo de los demócratas suecos de extrema derecha.
“Las políticas de inmigración irresponsables y la integración fallida nos han traído hasta aquí”, afirmó.
Deportación por asociación
Las nuevas leyes darán a la policía más poder para combatir la actividad de las pandillas, incluidas escuchas telefónicas y registros corporales en ciertas áreas, sentencias más duras para los reincidentes y sentencias dobles para algunos delitos.
“Los llevaremos a juicio. Si son ciudadanos suecos, los encerrarán con largas penas de prisión, y si son extranjeros, los deportarán”, afirmó Kristersson.
“Vamos a deportar a los extranjeros que se mueven en círculos de bandas criminales incluso si no han cometido ningún delito”, añadió.
También se están construyendo nuevas cárceles juveniles para separar a los delincuentes jóvenes de los delincuentes adultos.
Kristersson dijo que se están realizando esfuerzos para garantizar que todos los niños aprendan sueco.
lo, sdi/sms (AFP, dpa, Reuters)