Abordar la salud mental en el lugar de trabajo en la era digital

Abordar la salud mental en el lugar de trabajo en la era digital

A medida que la digitalización transforma los lugares de trabajo en toda Europa, están surgiendo nuevos desafíos para la salud mental que exigen atención urgente. Un evento reciente en el Parlamento Europeo en Bruselas exploró cómo Europa puede salvaguardar el bienestar de los trabajadores en la era digital.
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La transformación digital del lugar de trabajo ha marcado el comienzo de una revolución en eficiencia e innovación. Sin embargo, también han surgido una serie de nuevos desafíos, particularmente en torno al impacto de la digitalización en la salud de la fuerza laboral. Una conferencia reciente en el Parlamento Europeo exploró este riesgo para la salud tan moderno, examinando cómo los cambios en el lugar de trabajo están comenzando a afectar a los trabajadores europeos.

Patrocinado por la plataforma de experiencia de los empleados Edenred, socio oficial de la campaña OSHA de la Unión Europea para un trabajo más saludable en la era digital, el evento reunió a responsables políticos, organismos representativos de los trabajadores y empleadores. Consideró qué acciones son necesarias para proteger a los trabajadores en un entorno nuevo y que cambia rápidamente.

“Este es un tema muy importante y uno de los principales desafíos que enfrentamos colectivamente”, dijo la eurodiputada belga Estelle Ceulemans, anfitriona del evento. “Los problemas de salud mental ocupacional tienen un impacto enorme, no sólo en los propios trabajadores sino también en las empresas que dependen de su fuerza laboral”.

El eurodiputado Ceulemans, que forma parte de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales, también presentó en la conferencia una actualización sobre los avances para abordar estas cuestiones críticas. Prometió que en un futuro muy próximo se harían dos anuncios políticos importantes sobre el impacto de la tecnología en el lugar de trabajo.

El compromiso de Ceuleman con la acción es importante y oportuno. En la conferencia se escuchó cómo, a medida que las herramientas digitales remodelan los entornos laborales y aportan beneficios como flexibilidad e innovación, también exacerban riesgos como la fatiga digital, el aislamiento social y el estrés. Esos efectos se extienden a través de la fuerza laboral, impactando la productividad, dañando la moral y reduciendo el bienestar general.

La significación está en el corazón de la identidad del trabajador, y cuando deshumanizamos los procesos de trabajo, perdemos un aspecto vital de este

Manal Azzi, de la Organización Internacional del Trabajo, destacó el desafío que enfrentan los trabajadores y detalló el impacto en las personas y las empresas. Reconoció que se han logrado algunos avances, pero pidió más acciones que reconozcan los nuevos desafíos que enfrentan los trabajadores.

“Los rápidos cambios en la digitalización están teniendo un efecto directo. Conceptos como el ‘derecho a la desconexión’ son parte de esta discusión, pero es mucho más profunda”, explicó. “La carga de las enfermedades de salud mental afecta tanto a la productividad como a la salud humana”.

Y, con el rápido desarrollo de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA), parece que las tendencias actuales probablemente sólo se acelerarán. Los oradores argumentaron que la IA podría plantear problemas de seguridad laboral, lo que tendrá un profundo impacto en las personas que se enfrentan al miedo al despido y a una autonomía disminuida.

“La significación está en el corazón de la identidad del trabajador”, explicó Azzi a los asistentes. “Y cuando deshumanizamos los procesos de trabajo, perdemos un aspecto vital”.

Lo que Azzi y otros oradores destacaron es que los trabajadores europeos se enfrentan ahora a una nueva era de límites borrosos entre la vida personal y profesional, acentuados por el crecimiento del trabajo remoto y la conectividad constante. Los oradores advirtieron que abordar estos desafíos requiere una respuesta europea unificada, que combine regulación y diálogo.

Los oradores predijeron que no tomar medidas dañaría potencialmente mucho más que a los propios trabajadores. Las empresas europeas también se verán afectadas, y los expertos advierten que, en última instancia, esto puede tener consecuencias financieras.

Ignacio Doreste Hernández, de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), cree que existen sólidos argumentos comerciales para invertir en soluciones que reconozcan y respondan a los riesgos que contribuyen a la insatisfacción de los empleados y al deterioro de la salud mental.

“La evidencia proporcionada por las agencias y otras investigaciones resalta la importancia de actuar ahora”, dijo Doreste Hernández en la conferencia. “Los estudios muestran que abordar estos riesgos de manera efectiva genera retornos significativos en tan sólo unos pocos años”.

En algunos casos, los trabajadores permanecen en lo que Kris de Meester de BusinessEurope describió como “jaulas doradas”. Se trata, explicó, de funciones en las que la seguridad triunfa sobre la satisfacción, lo que deja a los empleados desconectados y desmotivados. Tales escenarios, argumentó De Meester, podrían en última instancia dañar la productividad de las empresas europeas.

Los oradores coincidieron en que el camino a seguir exige un equilibrio en el que los empleadores afronten el doble desafío de aprovechar la tecnología digital para mejorar la eficiencia y al mismo tiempo salvaguardar las conexiones humanas que hacen que el trabajo sea satisfactorio.

Para lograrlo, se dijo en la conferencia, Europa necesita un marco legislativo que aborde la salud mental en el lugar de trabajo. Los oradores sostuvieron que ese marco debería centrarse en los desafíos únicos creados por la digitalización, ofreciendo estándares mínimos y al mismo tiempo permitiendo flexibilidad para sectores específicos.

“Creemos firmemente que es necesaria una directiva específica sobre riesgos psicosociales”, afirmó Nayla Glaise, presidenta de Eurocadres. “Si bien la directiva de 1989 establece que deben abordarse todos los riesgos en el trabajo, está claro que los riesgos psicosociales no han recibido la atención específica que requieren”.

El llamado de Glaise a una nueva directiva fue parte de un consenso más amplio sobre la necesidad de una respuesta equilibrada: un marco que proteja a los trabajadores sin sobrecargar a los empleadores. Otros oradores subrayaron que la legislación y la regulación no pueden ser las únicas soluciones. También es esencial un diálogo más estrecho entre los empleadores y los trabajadores.

Manal Azzi instó a los sindicatos y las organizaciones de empleadores a trabajar en estrecha colaboración para desarrollar políticas que reflejen las realidades de los entornos laborales modernos.

“Se ha demostrado que la participación de trabajadores y empleadores es esencial para dar forma a los procesos en el taller”, dijo. “Ayudan a determinar qué funciona y qué no, asegurando que el trabajo siga siendo significativo”.

Los costos sociales y económicos de estos problemas son enormes y afectan a todos.

Está claro que actuar es vital si queremos crear entornos de trabajo en los que los empleados se sientan valorados, comprometidos y apoyados. Al abordar las causas fundamentales de los desafíos de salud mental, como la digitalización, un marco de este tipo no solo mejoraría el bienestar individual sino que también mejoraría el desempeño económico.

“Los costes sociales y económicos de estos problemas son enormes y afectan a todos”, afirmó el eurodiputado Ceulemans.

Como sostiene el eurodiputado Ceulemans, salvaguardar la salud mental en la era digital es ahora tanto un imperativo moral como una necesidad económica. Mientras Europa navega por esta transformación, la colaboración entre formuladores de políticas, empleadores y trabajadores es esencial. Juntos, pueden garantizar que el progreso digital no se produzca a expensas del bienestar humano, sino que lo mejore para las generaciones venideras.

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