Construir hoy la resiliencia del mañana: proteger la infraestructura europea del cambio climático
No es ningún secreto que los sistemas de infraestructuras, como los ferrocarriles, los puentes, las autopistas, los sistemas de agua y la red eléctrica, sustentan el desarrollo económico de Europa. Mejoran nuestra calidad de vida y hacen posible programas cruciales como la transición a fuentes de energía más limpias y sostenibles. Pero, al igual que el resto del continente, estos activos esenciales no son inmunes a las crecientes presiones del cambio climático. El verano pasado, la tormenta Daniel, uno de los ciclones tropicales mediterráneos más mortíferos de los que se tiene registro, destruyó carreteras y vías férreas, incluidos 50 kilómetros de una importante conexión ferroviaria norte-sur en Grecia. Las inundaciones extremas y las olas de calor afectan cada vez más el suministro de energía en Francia, Alemania y otros países.
Las previsiones son claras: estos fenómenos meteorológicos extremos no harán más que empeorar, al igual que su impacto en nuestras infraestructuras. Para agravar el problema, los activos de infraestructura suelen estar interconectados entre el transporte, la energía y el agua, lo que aumenta su vulnerabilidad a fallos sistémicos. La Agencia Europea del Medio Ambiente estima que aproximadamente el 60% de los cortes de energía en Europa provocan interrupciones del servicio en otros sectores.(1)causando importantes daños económicos.
El cambio climático está poniendo de relieve la necesidad apremiante de aumentar la resiliencia de las infraestructuras envejecidas, pero hacerlo plantea grandes desafíos. En primer lugar, el costo de aumentar la resiliencia de las infraestructuras es sustancial. Si bien las estimaciones varían mucho, un estudio de las Naciones Unidas de 2021 sugiere que la adaptación de las infraestructuras existentes a los efectos cada vez más intensos del cambio climático a nivel mundial representará el 88% de los costos totales de adaptación proyectados hasta 2050.(2)Esto se suma a los nuevos despliegues de infraestructura que ya se necesitan para alcanzar las ambiciones climáticas de la Unión Europea.(3).
El 60% de los cortes eléctricos en Europa provocan interrupciones del servicio en otros sectores1
En segundo lugar, preparar nuestra infraestructura para el futuro es una tarea compleja que involucra a una amplia gama de partes interesadas. En la actualidad, los activos de infraestructura suelen gestionarse de manera aislada, con administradores de infraestructura separados que se ocupan de los activos de agua, transporte y energía de manera aislada. Adaptarse a la crisis climática requerirá un cambio radical en la forma en que se gestiona la infraestructura: un cambio holístico y respaldado por una estrecha colaboración entre sectores.
Para reforzar aún más estos puntos, varios estudios recientes llevan a la misma conclusión: que se necesitan políticas más integradas a nivel europeo.(4)y que ahora es el momento de actuar, ya que el coste de la inacción solo aumentará con el tiempo. Las instituciones de la UE, los Estados miembros y la industria necesitan urgentemente encontrar formas innovadoras de abordar estos desafíos.
Aquí es donde entran en juego las políticas que están preparadas para la tecnología digital. Hoy en día, los datos son un elemento esencial para lograr una infraestructura más resiliente y un componente tan crítico de la infraestructura como los ladrillos y el mortero, el hormigón y las barras de refuerzo. Especialmente en un momento en que la financiación pública de la infraestructura está bajo presión, la digitalización y los enfoques centrados en los datos tienen el potencial de aliviar algunos de los importantes cuellos de botella de recursos a los que nos enfrentamos. Se trata de hacer más con menos.
Los gemelos digitales (representaciones digitales dinámicas de activos de infraestructura física en su contexto completo) son un elemento clave en esta ecuación. Al aprovechar la inteligencia artificial y el aprendizaje automático para extraer información de cantidades masivas de datos, los gemelos digitales pueden desempeñar un papel central en la preparación de infraestructuras para el futuro, desde monitorear la calidad y el estado de los activos hasta simular diferentes escenarios climáticos, permitir el mantenimiento preventivo o integrar criterios de resiliencia en el diseño de la infraestructura.
En todo el mundo, los gemelos digitales se utilizan cada vez más para mejorar la resiliencia de las infraestructuras. En Lisboa, la administración de la ciudad utiliza modelos avanzados de inundaciones para simular el aumento del nivel del mar y los fenómenos de lluvias extremas con el fin de anticipar y abordar los posibles impactos en la infraestructura de la ciudad.
En Hawái, un estado de EE. UU. que históricamente ha sido vulnerable a fenómenos climáticos extremos, la autoridad de transporte local está aprovechando inteligencia artificial avanzada y aprendizaje automático para automatizar sus evaluaciones de calidad de las carreteras, lo que permite un mantenimiento preventivo e intervenciones más proactivas.
En casos de uso como estos, los gemelos digitales han proporcionado una forma más eficiente, colaborativa y rentable de gestionar la infraestructura en una dinámica climática cambiante. Ofrecen una visión de la infraestructura en su conjunto, de manera que se pueda responder a los riesgos de un fallo sistémico.
De cara al nuevo ciclo político de la UE, hay indicios alentadores de que se dará prioridad a la resiliencia de las infraestructuras, en particular con la aplicación de la Directiva sobre la resiliencia de las entidades críticas y el Plan Europeo de Adaptación al Cambio Climático, anunciado recientemente como parte de las directrices políticas de la presidenta von Der Leyen para 2024-2029. Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por hacer en el frente digital. Más allá de iniciativas positivas como el inicio del desarrollo de un marco para gemelos digitales abiertos e interoperables para la red eléctrica, los responsables políticos de la UE pueden aprovechar el potencial de la digitalización para abordar la resiliencia de manera holística.
El 88% de los costos de adaptación climática global están relacionados con la infraestructura2
Por ejemplo, en el próximo presupuesto a largo plazo de la UE, los programas de financiación de infraestructuras, como el Mecanismo Conectar Europa, pueden revisarse de forma que se premien las mejores prácticas en la ejecución de proyectos de infraestructuras, en particular en lo que respecta a la adopción de procesos digitales y la obtención de resultados basados en datos a lo largo de todo el ciclo de vida de los activos de infraestructura. Esto ayudaría a garantizar que el próximo presupuesto tenga un impacto acorde con las prioridades políticas de la UE.
De manera similar, cualquier revisión de las normas de contratación pública a nivel de la UE o nacional puede incentivar el uso de metodologías digitales para maximizar la utilidad pública, la vida útil y la sostenibilidad de la infraestructura nueva y existente, alejándose del paradigma de “gana la oferta más barata” que aún prevalece en las licitaciones de proyectos intensivos en capital.
Por último, cualquier iniciativa de política sectorial de la UE que tenga implicaciones para la energía, el agua o las infraestructuras de transporte debería buscar formas de aprovechar el potencial de la digitalización, los datos y los gemelos digitales para romper los silos entre sectores y permitir la toma de mejores decisiones. Mediante una formulación de políticas adaptada a las necesidades digitales, la UE puede incorporar la resiliencia en la estructura misma de su diseño, construcción y explotación de infraestructuras. Esta es una de las mejores formas de reducir el riesgo para estos sectores críticos y prepararnos a todos para un futuro de incertidumbre climática y geopolítica.
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(1) Agencia Europea de Medio Ambiente (2024)‘Evaluación europea del riesgo climático’. (https://www.eea.europa.eu/publications/european-climate-risk-assessment)
(2) Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (2021).‘Infraestructura para la acción climática’. (https://content.unops.org/publications/Infrastructure-for-climate-action_EN.pdf)
(3) Calipel, C et al. (2024). ‘Informe sobre el déficit de inversión climática en Europa: una vía de inversión para el futuro de Europa’Instituto de Economía del Clima (https://www.i4ce.org/en/publication/european-climate-investment-deficit-report-investment-pathway-europe-future/)
(4) Agencia Europea de Medio Ambiente (2024)‘Evaluación europea del riesgo climático’. (https://www.eea.europa.eu/publications/european-climate-risk-assessment)