El Grupo de los 77 países en desarrollo (G77) pidió un nuevo orden global en una cumbre de dos días en La Habana, Cuba, que concluyó el sábado.
El G77 se estableció en 1964 para promover los intereses económicos colectivos del Sur Global. Desde entonces, el bloque se ha ampliado hasta incluir 134 miembros.
“Después de todo este tiempo en el que el Norte ha organizado el mundo según sus intereses, ahora le toca al Sur cambiar las reglas del juego”, afirmó el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, que actualmente preside la organización.
Díaz-Canel afirmó que los países en desarrollo son las principales víctimas de una “crisis multidimensional” en el mundo actual, que va desde el “comercio desigual abusivo” hasta el calentamiento global.
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, también dijo que estos países están “atrapados en una maraña de crisis globales”, señalando el cambio climático y la deuda externa.
“El mundo le está fallando a las naciones en desarrollo”, dijo en La Habana.
Líderes mundiales se reúnen en Cuba
Varios líderes latinoamericanos estuvieron presentes en la cumbre, incluido el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, Nicolás Maduro de Venezuela, Gustavo Petro de Colombia y Alberto Fernández de Argentina.
Otros líderes mundiales que asistieron fueron el presidente de Angola, Joao Lourenco, el presidente de Mozambique, Filipe Nyusi, y el líder de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas.
China, que figura como miembro del bloque, sostiene que no es miembro del G77 pero apoya la misión de la organización.
En representación de Beijing estuvo Li Xi, miembro del Comité Central del Partido Comunista, quien dijo que su país “siempre hará de la cooperación Sur-Sur una prioridad” en sus relaciones con el mundo exterior.
Refiriéndose al tema de la cumbre, la ciencia y la innovación, Li dijo que China “sigue comprometida con la construcción de un cambio tecnológico que reduzca las brechas digitales”.
zc/mm (AFP, Reuters, AP)