Decodificando China: ¿Puede Beijing convertirse en una potencia naval en el Pacífico?

Los temores sobre un inminente conflicto militar en el Estrecho de Taiwán van en aumento.

La República Popular China quiere la reunificación con el autónomo Taiwán, que Beijing considera una provincia china, incluso por la fuerza, si fuera necesario.

Al presentar el informe de trabajo de su gobierno ante la Asamblea Popular Nacional (APN), el parlamento oficial de China, el Primer Ministro Li Qiang reafirmó la firme determinación de Beijing de “avanzar resueltamente en la causa de la reunificación de China”.

Esto forma parte de la “estrategia global” del gobierno, subrayó.

La declaración en sí no es nueva, pero la palabra “pacífico” -un término que estaba presente en las declaraciones de años anteriores- faltaba antes de “reunificación”.

Desde el punto de vista de Beijing, la fuente de la amenaza a la seguridad en la región radica en el hecho de que la República de China, como se llama oficialmente Taiwán, recibe garantías de seguridad de Estados Unidos.

Según informes de los medios estadounidenses, actualmente hay cinco portaaviones estadounidenses desplegados en la región del Pacífico.

Los políticos chinos se refieren cada vez más a “paz y seguridad en ambas orillas”, una frase que muchos expertos creen que ya no se refiere sólo al Estrecho de Taiwán, sino que se refiere al Océano Pacífico en su conjunto.

Para controlar las aguas en disputa, Beijing ha estado tratando de reforzar su marina aún relativamente débil.

El punto más meridional del Mar de China Meridional se encuentra a unos 2.000 kilómetros (1.242 millas) del continente chino.

Y Beijing se esfuerza por mantener y fortalecer su presencia naval en la región, con la ayuda de sus portaaviones.

Dos portaaviones en servicio y dos más en construcción.

La marina china tiene actualmente dos portaaviones en servicio: el Liaoning y el Shandong.

El Liaoning, construido por los soviéticos, fue comprado por China a Ucrania en 1998 a través de un intermediario de Macao por unos 20 millones de dólares (18,3 millones de euros). El empresario había afirmado inicialmente que quería construir un hotel y casino flotante.

En 2012, sin embargo, el Liaoning fue entregado a la marina china después de haber sido reacondicionado y convertido en un portaaviones en funcionamiento.

El segundo portaaviones, el Shandong, es una copia del Liaoning de producción nacional. Entró en servicio en 2019 y desde entonces navega principalmente por el Mar de China Meridional.

Ninguno de estos dos buques es de propulsión nuclear; en su lugar, utilizan centrales eléctricas de turbinas de vapor convencionales alimentadas con petróleo para su propulsión. Estos portaaviones también utilizan una plataforma estilo salto de esquí para que despeguen los aviones y no tienen un sistema de catapulta.

El tercer portaaviones, el Fujian, botado en 2022, permanece anclado en un astillero en Shanghai mientras se somete a pruebas de equipamiento y amarre.

Al igual que los otros dos portaaviones, el Fujian tiene propulsión convencional y se espera que entre en servicio en 2025.

Abunda la especulación de que China está construyendo un cuarto portaaviones.

Yuan Huazhi, almirante y comisario político de la marina china, pareció confirmar los rumores al margen de la reunión de la APN de este año.

“No tengo conocimiento de ninguna dificultad técnica con respecto al cuarto portaaviones”, dijo.

Cuando se le preguntó si el nuevo portaaviones de China sería de propulsión nuclear, Yuan dijo evasivamente que “pronto será anunciado”.

¿Dos portaaviones de propulsión nuclear más?

Antes del inicio de la sesión de la APN, los medios de comunicación de Hong Kong y Taiwán informaron que se estaba trabajando para la construcción de dos portaaviones de propulsión nuclear más. Cada uno de estos buques debería estar propulsado por dos reactores de sales fundidas de torio que generan energía mediante fisión nuclear, se informó.

“China quiere mostrar claramente su fuerte ambición de defender sus aguas con una marina moderna”, afirmó Wang Feng, editor del periódico en lengua china “China Times” en Taipei, la capital de Taiwán.

Se trata de una táctica disuasoria eficaz tras una serie de incidentes marítimos mortales con países vecinos, añadió.

Pero Yuan, el almirante chino, se atiene a la línea oficial.

“Estamos construyendo portaaviones, no para compararnos con Estados Unidos, y ciertamente no para hacer la guerra con Estados Unidos. Queremos utilizarlos para defender nuestra soberanía e integridad territorial”.

Aumento del gasto militar

El creciente presupuesto de defensa de China refleja la creciente ambición militar del país. El gasto de defensa chino aumentará a 215.500 millones de euros este año, lo que supone un aumento del 7,2% en comparación con el año pasado y representa alrededor del 1,2% de la producción económica total del país.

Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), China ocupa el segundo lugar a nivel mundial en términos de gasto militar, sólo detrás de Estados Unidos.

Los dirigentes chinos han hecho del fortalecimiento de la marina una parte clave de su estrategia de defensa.

Las tecnologías militares han cambiado drásticamente desde el final de la Segunda Guerra Mundial, afirmó Charles Martin-Shields, investigador del Instituto Alemán de Desarrollo. Con portaaviones de propulsión nuclear, “una armada moderna ya no necesita cadenas de islas como bases de suministro para reabastecerse de combustible y poder controlar el vasto Pacífico”.

Lai Ching-te, crítico con Beijing, se convertirá en presidente de Taiwán en mayo, y algunos observadores ven esto como una razón detrás del aumento de las tensiones militares en la región.

“En principio, ni China ni Estados Unidos están interesados ​​en un conflicto militar”, afirmó Hanna Gers, del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores. “Personalmente, creo que los bloqueos económicos son más probables. Pero también sé que aquí se discuten todos los escenarios posibles”.

Por ahora, los portaaviones chinos siguen navegando en sus propias aguas.

Pero Yuan, el alto funcionario de la marina china, ya ha comenzado a insinuar la posibilidad de despliegues navales chinos en lugares lejanos. “Para ello se construyen portaaviones”.

La crisis en Oriente Medio podría ser un posible caso de prueba.

Los ataques a barcos civiles en el Mar Rojo por parte del grupo militante hutí en Yemen han restringido el transporte marítimo comercial en esta vital vía fluvial. “Las rutas comerciales a través del Mar Rojo son de importancia estratégica para el suministro energético de China”, afirmó Wang. Sin embargo, el ejército chino aún no está en condiciones de llevar a cabo operaciones defensivas de seguridad marítima.

La situación ofrece otro argumento a favor de la modernización de la marina: “Después de todo, se trata de seguridad del Estado”.