Es hora de tratar la explotación y el abuso sexual infantil como una emergencia sanitaria mundial
Tratar la explotación y el abuso sexual infantil como una emergencia sanitaria mundial: un llamado a la acción para los líderes europeos, escribe Paul Stanfield, director ejecutivo de Childlight Global Child Safety Institute
El mundo está bajo las garras de una pandemia que rara vez aparece en los titulares pero que devasta millones de vidas: la explotación y el abuso sexual infantil (CSEA). No se trata sólo de una cuestión de aplicación de la ley; Es una emergencia de salud global y debemos abordarla con la misma urgencia, dedicación y recursos que abordaríamos cualquier crisis de salud pública.
En luz infantilorganizado por la Universidad de Edimburgo y establecido por la Human Dignity Foundation, recientemente elaboramos la primera estimación global del mundo sobre la escala de la CSEA en línea. Los resultados son desgarradores: alrededor de 10 niños son víctimas de explotación y abuso sexual en línea cada segundo. Esto no es sólo una estadística: representa vidas reales, jóvenes despojados de su infancia y su salud física y mental marcada permanentemente.
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Sin embargo, lo que sabemos actualmente probablemente sea sólo la punta del iceberg. En toda Europa, como en muchas regiones del mundo, los datos sobre la CSEA son incompletos, lo que actualmente hace imposible comprender la magnitud total del problema. Esta falta de información integral impide nuestra capacidad colectiva para responder de manera efectiva. ¿Cómo podemos afrontar una pandemia si no entendemos su verdadero alcance y naturaleza? Es por eso que hago un llamamiento urgente a ustedes, responsables políticos y funcionarios de toda Europa, para que nos ayuden a recopilar y compilar datos CSEA a nivel nacional para que nuestra investigación el próximo año sea más completa. Con datos precisos, podemos comenzar a arrojar una luz más poderosa sobre esta crisis y trabajar para encontrar soluciones preventivas significativas, en línea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 16.2.
Si bien aplaudimos al Parlamento Europeo y a los gobiernos por el progreso ya logrado en la creación de un entorno en línea más seguro para los niños, la dura verdad es que aún queda mucho por hacer. Con el aumento de amenazas emergentes como el material de abuso sexual infantil (CSAM, por sus siglas en inglés), el acoso sexual y la extorsión sexual generados por IA, el problema se ha expandido más allá de la capacidad de las agencias encargadas de hacer cumplir la ley por sí solas. La escala es simplemente demasiado amplia.
Para afrontar eficazmente esta crisis, necesitamos un cambio radical de enfoque. Tal como aprendimos con otras emergencias sanitarias mundiales, la prevención debe estar en el centro de nuestra respuesta. Un enfoque de salud pública para la CSEA daría prioridad a las medidas preventivas, la educación, la intervención temprana y el apoyo a las víctimas. Exigiría una acción coordinada entre sectores (salud, educación, tecnología y aplicación de la ley) respaldada por datos sólidos y estrategias basadas en evidencia.
Les insto a actuar y a actuar ahora. Estimamos que más de 300 millones de niños viven cada año en la oscuridad de la explotación y el abuso. No pueden esperar a que se produzcan cambios incrementales. Si puede ayudarnos a recopilar los datos vitales a nivel nacional que necesitamos, o si está dispuesto a trabajar con nosotros para crear un mundo más seguro para los niños, comuníquese conmigo directamente a [email protected] o nuestra directora de datos, la profesora Deborah Fry, en [email protected]. Juntos, todos podemos marcar la diferencia. Pero debemos actuar con rapidez, porque los niños no pueden esperar.
Mientras revisamos la directiva CSA, debemos reconocer que un enfoque holístico es clave para poner fin al abuso sexual infantil, escribe la eurodiputada Saskia Bricmont, coordinadora de Los Verdes/ALE en la Comisión LIBE.
Para combatir eficazmente el abuso y la explotación sexual infantil (ASI), la directiva CSA, actualmente bajo revisión, debe evolucionar hacia un enfoque más holístico que incluya la respuesta de la justicia penal pero también aspectos mejorados de prevención y salud pública. Si bien las medidas actuales se centran en respuestas de derecho penal, una estrategia proactiva que integre conocimientos basados en datos, colaboración intersectorial y recursos comunitarios es esencial para reducir la incidencia de ASI.
La actualización crucial de la directiva debe incluir la recopilación sistemática de datos en todos los estados miembros de la UE para comprender mejor la prevalencia y los factores de riesgo de la CSA. Al establecer sistemas nacionales coordinados y asociaciones con servicios sociales y de salud, se pueden obtener conocimientos clave sobre los entornos, la demografía y los comportamientos que aumentan el riesgo de abuso.
Los esfuerzos de prevención también deben priorizar los programas de educación temprana en las escuelas, los servicios familiares y la atención médica, centrándose en los límites personales, así como en la educación afectiva y sexual, la alfabetización digital, el reconocimiento de los indicadores de abuso y el trabajo para prevenir los abusos por parte de los perpetradores. La implementación de estos programas en toda la UE garantizará que los niños cuenten con conocimientos para protegerse. Los programas de intervención temprana en Suecia, por ejemplo, ayudan a reducir los casos de abuso, ya que los niños informados están en mejores condiciones para buscar ayuda si la necesitan.
Un componente indispensable de un modelo preventivo es la colaboración intersectorial, incluida la cooperación con la policía y los servicios judiciales. La iniciativa Child Focus de Bélgica proporciona un ejemplo valioso, ya que trabaja con las fuerzas del orden para apoyar una respuesta rápida, facilitar las investigaciones y prevenir el abuso a través de la participación comunitaria. La integración de modelos similares en los países de la UE podría fortalecer significativamente la directiva, ya que una coordinación perfecta entre la policía y los servicios sociales puede ayudar a identificar e intervenir en situaciones de riesgo antes de que ocurran abusos.
La adopción del modelo Barnahus (Casa de los Niños), utilizado con éxito en países como Islandia, es otra forma en que la directiva podría evolucionar. Este modelo reúne apoyo médico, psicológico, social y legal bajo un mismo techo, ofreciendo una respuesta integral y centrada en las víctimas que reduce el trauma para las víctimas jóvenes. La directiva debería fomentar la adopción del modelo Barnahus, que fomenta entornos amigables para los niños donde los procesos judiciales y de recuperación se gestionan con compasión. Como eurodiputado responsable de Los Verdes/ALE en la revisión de la directiva, considero que las disposiciones sobre una justicia adaptada a los niños en todo el texto son cruciales.
Dado que gran parte de la CSA ahora ocurre en línea, es primordial fortalecer las medidas de seguridad digital, incluida la seguridad desde el diseño. La investigación periódica sobre la evolución de los métodos de abuso digital garantizará que las protecciones sigan siendo sólidas y se espera que la próxima legislación sobre equidad digital garantice mejores condiciones para los menores en línea.
Al integrar un enfoque de salud pública preventivo, colaborativo y basado en datos, junto con modelos como Child Focus y Barnahus, la directiva puede pasar de medidas reactivas a medidas proactivas, creando un entorno más seguro para los niños y centrándose en prevenir el abuso antes de que suceda. Tengo grandes esperanzas de que podamos reforzar las disposiciones para proteger a los niños y que compartamos un alto grado de ambición para esta directiva.
La eurodiputada Saskia Bricmont es la coordinadora de Los Verdes/ALE en la Comisión LIBE