Fútbol argentino: inversores extranjeros versus propiedad de clubes de fans

¿Miles de millones del mundo árabe? ¿Inversores de la Premier League? El presidente argentino, Javier Milei, quiere privatizar el fútbol de clubes del país. El político populista y conservador de derecha ve esto como una gran oportunidad para aumentar la competitividad en el escenario internacional.

Lo que quizás esté pasando por alto es que, a diferencia de la economía del país en crisis, que necesita reformas y modernizaciones, hay otro aspecto que juega un papel decisivo en el fútbol: las emociones. Los seguidores del fútbol en Argentina tienden a ser no sólo fanáticos sino también miembros de sus clubes, con derecho a voto cuando se trata de elegir quién los dirige. Esta democracia interna en cualquier club es sagrada para los aficionados.

Milei está animando a los clubes de fútbol argentinos a pasar de este modelo de membresía de aficionados a sociedades anónimas, algo que promete hacerlos más atractivos para los inversores internacionales. La idea es ayudar a los clubes argentinos a retener a sus mejores jugadores por más tiempo. Hoy en día, muchos se mudan a una edad bastante temprana a los mejores clubes extranjeros, generalmente en Europa, porque allí pueden ganar mucho más que en casa. El dinero de los inversores, según el argumento, ayudaría a los clubes argentinos a ser más competitivos en el escenario internacional.

Menotti: ‘El fútbol también es una cuestión cultural’

Sin embargo, el ideal de Milei está encontrando una feroz resistencia en algunos círculos de Argentina, incluido César Luis Menotti, el legendario entrenador del equipo ganador de la Copa del Mundo de 1978.

“El fútbol también es una cuestión cultural y pertenece a los socios y al barrio en el que crecieron (los clubes)”, explica a JJCC este hombre de 85 años.

“Si quieres hacer negocios, abre una tienda de bricolaje”.

El consejo de Menotti refleja el estado de ánimo de una gran parte de los aficionados al fútbol argentino, para quienes su club favorito representa una mezcla de misticismo, religión y patriotismo.

“Espero que los clubes no sean privatizados”, dijo a JJCC el hincha del CA Huracán Agustín Torres. “Porque tenemos una cultura de hacer las cosas nosotros mismos”.

Torres, también teme que inversores externos puedan impedir o restringir la participación e influencia de los aficionados.

Clubes arraigados en sus comunidades

Otro aficionado del club de Buenos Aires, que ha ganado cinco títulos argentinos, opina lo mismo.

“Estoy en contra porque Huracán es un club de barrio, regentado por una familia que va al estadio y paga la cuota de socio”, dijo Agustín Sánchez a JJCC.

A Sánchez tampoco le impresiona la perspectiva de que multimillonarios como Lionel Messi regresen para comprar el club de su juventud (en el caso de Messi, Newell’s Old Boys).

“El club pertenece a la gente, no a los jugadores, incluso si comenzaron su carrera allí cuando eran niños”, dijo Sánchez. “No tiene sentido que ningún jugador, persona o empresa compre un club con sus propios fondos”.

Respaldo de la ex estrella de la selección nacional

Sin embargo, desde un punto de vista puramente económico, la idea de Milei tiene mucho sentido si los clubes argentinos desean cerrar la brecha financiera con sus pares europeos.

Durante la última década, la Copa Mundial de Clubes la han ganado exclusivamente clubes europeos, a menudo con varios jugadores argentinos. Los últimos ganadores de Argentina fueron Boca Juniors en 2003.

Esta es una de las razones por las que la propuesta de Milei también cuenta con seguidores en el mundo del fútbol, ​​incluido el ex jugador incondicional del Inter de Milán, Javier Zanetti. El técnico de 50 años, que disputó 143 partidos internacionales con Argentina, es ahora vicepresidente del Inter.

“La transformación puede ser una alternativa que algunos clubes puedan probar para ver si es una solución a muchos de los problemas que tienen hoy”, dijo Zanetti en una entrevista reciente con una televisora ​​argentina.

Zanetti tiene experiencia personal con inversores extranjeros en el fútbol, ​​ya que en 2016 el grupo chino Suning Holdings adquirió una participación mayoritaria en el Inter de Milán.

“Habría sociedades anónimas que también conseguirían que sus miembros participaran”, añadió. “No creo que ninguno de ellos vaya en contra de la identidad de un club. Al contrario: quieren mejorarlo”.