Los estados del Sahel de Níger, Burkina Faso y Mali, liderados por la junta militar, acordaron establecer una fuerza antiterrorista conjunta para hacer frente a una insurgencia islamista que se ha extendido por toda la región.
El jefe de las fuerzas armadas de Níger, Moussa Salaou Barmou, dijo el miércoles que la nueva fuerza estará “operativa lo antes posible para hacer frente a los desafíos de seguridad en nuestra región”.
“Estamos convencidos de que con los esfuerzos conjuntos de nuestros tres países lograremos crear las condiciones para una seguridad conjunta”, añadió.
Los tres vecinos de África occidental están ubicados en la región del Sahel y todos han visto golpes de estado que derrocaron a sus gobiernos civiles.
También han estado sumidos en un conflicto de una década que involucra a grupos islamistas vinculados a Al Qaeda y el llamado “Estado Islámico”.
Proceso de alineación
Los tres países han tomado medidas para alinearse cortando lazos con el ex gobernante colonial Francia y deteniendo la cooperación militar en un giro hacia Rusia.
Los tres estados eran miembros de la fuerza conjunta de la alianza G5 Sahel, apoyada por Francia, con Chad y Mauritania, lanzada en 2017 para combatir a los grupos islamistas en la región, pero las relaciones con Francia se deterioraron después de los golpes.
En septiembre, Níger, Burkina Faso y Mali firmaron una alianza de defensa conocida como Alianza de los Estados del Sahel (AES).
Barmou dijo que el nuevo grupo de trabajo antiterrorista se integraría en la AES, sin proporcionar detalles sobre el tamaño de la fuerza conjunta prevista.
yendo solo
En enero, los tres vecinos anunciaron que abandonaban la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) acusando al bloque de falta de apoyo y de sanciones “inhumanas” relacionadas con el golpe.
La CEDEAO había impuesto sanciones a los países por derrocar a los gobiernos elegidos democráticamente mediante una sucesión de golpes de estado.
El presidente de Níger, Mohamed Bazoum, fue derrocado en julio de 2023 y la junta dijo que tardaría tres años en volver a un gobierno civil.
En el caso de Malí, el gobierno civil estuvo en vigor por última vez antes del primero de dos golpes, en agosto de 2020.
El gobierno electo de Burkina Faso fue derrocado en 2022. El país no ha sido sometido a sanciones y su actual gobernante, el capitán Ibrahim Traore, ha permitido que se celebren elecciones este verano.
kb/ab (Reuters, dpa, AFP)