Los artistas europeos merecen mejores condiciones laborales

Los artistas europeos merecen mejores condiciones laborales

Un eurodiputado sobre la “inviabilidad” del mercado laboral para los trabajadores creativos en todo el continente
– y qué pueden hacer los responsables políticos para solucionarlo.
Profesionales de la cultura protestando en Grecia, 2021 | Alamy

No es raro escuchar elogios sinceros a la cultura y el patrimonio de Europa en los discursos políticos. Sin embargo, existe una desconexión entre el alto valor declarado atribuido a la cultura y el bajo nivel de apoyo dedicado a los creadores y profesionales culturales.

En la Europa actual, las mayores inversiones en cultura las realizan los propios artistas y profesionales de la cultura. Se enfrentan a salarios bajos, ingresos inestables, condiciones laborales atípicas, acuerdos laborales discontinuos y una falta general de seguridad laboral. Si recibieran los derechos y protecciones que son comunes en otras industrias, la oferta cultural sería menos accesible.

Un tercio (31,7 por ciento) de los trabajadores culturales y creativos de Europa son autónomos, en comparación con el 14 por ciento en la economía en su conjunto, según cifras de 2022 de la oficina de estadísticas de la Unión Europea. Además, según un estudio del Servicio de Investigación del Parlamento Europeo, el sector cultural es uno de los sectores con mayores tasas de falso trabajo por cuenta propia en la UE.

Las dificultades para acceder a la seguridad social agravan la precaria situación de estos profesionales. Después de todo, su trabajo a menudo les exige viajar al extranjero, con procedimientos administrativos divergentes y definiciones de estatus laboral a nivel nacional que complican su acceso a la seguridad social. Cada vez más, la digitalización y especialmente la inteligencia artificial generativa, si bien a veces son herramientas útiles, también representan una amenaza para los medios de vida de los artistas; al igual que los crecientes niveles de censura que limitan la libertad de expresión artística, con el consiguiente impacto en los ingresos.

Si bien esta situación no es nueva, la pandemia de Covid-19 la llevó al límite, cuando el sector cultural se paralizó tras una serie de confinamientos sucesivos. Cada exposición cancelada y cada exposición pospuesta tuvo profundas consecuencias financieras para los trabajadores que ya enfrentaban graves niveles de precariedad.

En definitiva, la pandemia puso al descubierto la inviabilidad del actual modelo laboral de los profesionales de la cultura. Por eso, el año pasado, el Parlamento redactó un informe legislativo de propia iniciativa con la corresponsabilidad conjunta de la Comisión de Cultura y Educación y la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales.

Si bien esta situación no es nueva, fue llevada al límite por la pandemia de Covid-19.

El informe pedía el establecimiento de un llamado marco de la UE sobre la situación social y profesional de los artistas y otros profesionales del sector cultural y creativo a través de herramientas legislativas y no legislativas. En concreto, el marco incluiría una directiva sobre condiciones de trabajo dignas que busque determinar correctamente la situación laboral de los trabajadores culturales y creativos, con el objetivo de frenar el falso trabajo por cuenta propia. También establecería decisiones que permitan trabajar hacia los estándares de calidad de la UE en el sector.

Otra iniciativa importante incluida en el informe es la introducción de una “condicionalidad social” en el próximo ciclo de programas de financiación cultural de la UE, como Europa Creativa. Este principio garantizaría que las obligaciones laborales y sociales de la UE, nacionales o colectivas siempre se cumplan como parte de dichos proyectos y garantizaría que los artistas siempre reciban una remuneración justa, compensando también el tiempo dedicado a los ensayos o a la preparación de solicitudes de financiación.

Nuestra propuesta fue adoptada el 21 de noviembre de 2023, con 433 votos a favor, enviando una importante señal política a la Comisión sobre la necesidad de una mejor protección laboral para los profesionales de la cultura. A la Comisión le quedan ahora algunas semanas para responder a nuestra iniciativa legislativa.