Los desafíos climáticos de Grecia exigen una mayor colaboración europea
El verano de 2023 ha dejado una huella en la historia climática de Europa, ubicándose como el quinto más cálido jamás registrado, con 0,83 °C por encima del promedio estacional de 1991 a 2020. Si bien este aumento de temperatura afectó a todo el continente, la región mediterránea fue la que más sufrió. Un ejemplo notable fue Grecia, que enfrentó desafíos sin precedentes debido a olas de calor extremas e incendios forestales desenfrenados.
Este verano el país enfrentó su julio más caluroso en 50 años, con más de 1,6 millones de acres quemados a finales de agosto. Esto marca un aumento del 270 por ciento en las áreas afectadas por incendios en comparación con el área promedio quemada anualmente entre 2002 y 2022, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales y el equipo meteorológico de incendios del Observatorio Nacional de Atenas.
La creciente frecuencia y gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos ha dejado claro que es necesaria una respuesta colectiva, centrada en el intercambio de conocimientos y la coordinación de esfuerzos en toda Europa. Sin embargo, la tarea es compleja, ya que los impactos climáticos y las capacidades de adaptación de Europa varían significativamente de un país a otro.
En este momento, la Unión Europea ya ha tomado medidas para ayudar y apoyar a sus Estados miembros en momentos de extrema necesidad.
La constelación de satélites Copernicus Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea fue, por ejemplo, fundamental a la hora de realizar evaluaciones de daños en múltiples áreas de las regiones griegas afectadas por incendios forestales. Sin embargo, si bien estas medidas brindaron apoyo a corto plazo, lograr una resiliencia duradera y una adaptación al clima requerirá mucho más.
Afortunadamente, varias iniciativas financiadas por la UE ofrecen esperanza para el futuro. Proyectos como IMPETUS sirven como modelos de acción colectiva que involucran a científicos, profesionales y formuladores de políticas en varios países. El proyecto combina un consorcio de 32 organizaciones asociadas de nueve países europeos, todas dedicadas a traducir los compromisos ambientales en acciones concretas de adaptación al clima.
La piedra angular de IMPETUS reside en sus siete laboratorios al aire libre, situados en diferentes regiones biogeográficas, para probar tecnologías innovadoras y recopilar conocimientos. Los datos recopilados a través de este proyecto se comparten posteriormente en una plataforma común, lo que garantiza el acceso a la información y la experiencia para las partes interesadas de todas las regiones.
La solución de extracción de alcantarillado ofrece un modelo para otras regiones propensas a sequías e incendios
Uno de estos sitios es la región del Ática en Grecia, que se extiende por más de 3.800 kilómetros cuadrados y abarca la extensa ciudad capital de Atenas y sus alrededores. Aquí estamos probando tecnología de extracción de alcantarillado para el tratamiento de aguas residuales y esquemas de reutilización del agua para riego y otros usos urbanos. Este proceso resulta especialmente prometedor en zonas como el Ática, que son particularmente propensas a la sequía y la escasez de agua, condiciones que con frecuencia exacerban la gravedad de los incendios forestales.
La tecnología de extracción de alcantarillado desarrollada con fondos de IMPETUS extrae aguas residuales de las alcantarillas locales, las trata en el sitio y proporciona agua de alta calidad para su reutilización cuando sea necesario. La solución de extracción de alcantarillado, ya probada y optimizada en dos sitios piloto diferentes de la región de Ática, ofrece un modelo para otras regiones propensas a sequías e incendios que enfrentan desafíos similares.
IMPETUS también ha fomentado una red de proyectos hermanos, como REGILIENCE, ARSINOE y TransformAr, todos con un enfoque singular en mejorar la resiliencia climática en varias regiones y ciudades de Europa.
Lograr una Europa sostenible y resiliente dependerá cada vez más de la colaboración y los compromisos compartidos. Con el apoyo de la Unión Europea, estos esfuerzos cooperativos a gran escala nos ayudarán a abordar desafíos comunes y allanar el camino para soluciones prácticas, asegurando un futuro mejor para nosotros y las generaciones futuras.