Los pacientes de Europa cuentan con nosotros. Juntos podemos estar a la altura de sus expectativas.
Cuando escucho a pacientes europeos que padecen enfermedades crónicas, a menudo me sorprenden sus historias que muestran su necesidad de más opciones de tratamiento. Es lo que me recuerda que el trabajo aún no está terminado.
Este es uno de los aspectos clave que debemos reconocer al discutir la estrategia farmacéutica de la UE. Suena simple, pero el desafío es complejo.
Hay varios niveles involucrados en llevar la medicina a los pacientes. Para tener éxito, todas las partes interesadas deben considerar soluciones que tengan en cuenta la necesidad de este paciente.
Tomemos un ejemplo de un área terapéutica que rara vez aparece en los titulares: la dermatología.
Quizás la mejor manera de explicar la necesidad continua Es, para utilizar las palabras de África, una paciente española representante de la asociación nacional y ella misma que padece dermatitis atópica, una forma grave de eczema.
Ella explica: “Cuando tenía 19 años, mi cuerpo estaba casi completamente cubierto de erupciones húmedas y agrietadas. Mi piel ardía y me picaba. Me sentía como si estuviera atrapada en mi propia piel. Tenía tantas ganas de quitármelo y colgarlo en algún lugar”. descansar”.
¿Podemos dejar a estos pacientes sin esperanza de tratamiento? opciones? Obviamente no.
Sin embargo, sucede, y sucede en una variedad de sistemas de salud.
En países como Bélgica y Suecia, a la vanguardia de la prestación de atención sanitaria moderna, las opciones de tratamiento disponibles para los pacientes son restringidas.
En Polonia y Bulgaria, la dermatitis atópica no se reconoce adecuadamente como una enfermedad crónica grave, lo que limita la concienciación sobre la enfermedad y deja sin atender necesidades insatisfechas.
En Dinamarca y Austria, los largos tiempos de espera para las citas (debido a las limitaciones de capacidad) significan que los pacientes no reciben atención oportuna.
Sin acceso a tratamientos, los pacientes pueden quedar atrapados en un círculo vicioso. Esto es costoso para su bienestar y ejerce presión financiera sobre los sistemas sanitarios, aunque ya hay opciones de tratamiento novedosas disponibles en otros Estados miembros en los que se reconoce que persisten necesidades insatisfechas.
Por ejemplo, al permanecer en dermatología, los pacientes que son elegibles para un tratamiento dirigido a la dermatitis atópica sistémica pero que no lo reciben tienen un promedio de 10 visitas médicas cada seis meses. Esta cifra podría reducirse casi a la mitad con acceso a un tratamiento sistémico específico(i). Eso significaría un alivio para el paciente y el sistema sanitario.
La Estrategia Farmacéutica de la UE es una oportunidad para lograr este alivio y su éxito es una responsabilidad compartida. Entre Bruselas, los Estados miembros, la industria farmacéutica, y pacientes debemos encontrar soluciones que equilibren las obligaciones entre las partes interesadas y eviten la exclusión de áreas terapéuticas enteras de la definición de “necesidad médica insatisfecha”.
Sólo trabajando juntos podremos asegurar el acceso a una variedad de opciones de tratamiento y apoyar a los pacientes, como África, que continúan esforzándose por lograr más.
(i) Silvestre, JF, et al. Carga del mundo real en pacientes con dermatitis atópica que son candidatos a terapia sistémica y que actualmente no reciben terapia sistémica, ningún tratamiento, solo terapia tópica o terapia sistémica: resultados de un estudio de varios condados del mundo real. FC02.02. 2022 Congreso híbrido de la Academia Europea de Dermatología y Venereología (EADV).
En alianza con
Este artículo fue elaborado en colaboración con AbbVie. AbbVie sa/nv – BE-ABBV-230100 (v1.0) – 23 de agosto.