Op-ed: cuando se trata de DMA, Europa debe mostrar sus dientes
En estos tiempos turbulentos, la Unión Europea debe mantenerse firme en la protección de los derechos e intereses de sus ciudadanos y negocios. La Ley de Mercados Digitales (DMA) es una herramienta poderosa para proteger a los consumidores, darles más opciones y garantizar la competencia justa para todas las empresas, especialmente las más pequeñas que impulsan la innovación.
El 23 de abril, la Comisión Europea impuso sus primeras multas bajo la DMA: € 500 millones para Apple y 200 millones de euros para Meta. Su ofensa? Violaciones claras de las reglas de competencia de la UE.
Si bien estas decisiones se anticiparon firmemente, la ausencia de cualquier voz oficial para explicarlas o defenderlas dañó la credibilidad de la aplicación de la UE, lo que requiere un liderazgo visible.
No había comisionado para abordar al público o explicar la importancia de estas decisiones, un fuerte contraste con el liderazgo que vimos de Margrethe Vestager y Thierry Breton, quienes entendieron la importancia de señalar el compromiso político en los niveles más altos.
Esta falta de presencia política es un riesgo real para la credibilidad europea. La UE ha confiado durante mucho tiempo en voces fuertes para afirmar su posición en la etapa global; Ese tipo de liderazgo no debe desvanecerse.
Como negociador principal del parlamento europeo en el DMA, sé cuánto tiempo y duro luchamos para construir este marco legal. Fue diseñado para restaurar la competencia y proteger las libertades fundamentales en la era digital. Dejar que se debilite sería negligencia política.
La nueva Comisión Europea debe continuar la pelea. Necesitamos líderes que no tengan miedo de confrontar una gran tecnología y hacer cumplir nuestras reglas digitales.
El mundo está viendo las leyes digitales de la UE
En las últimas semanas, la presión de los Estados Unidos se ha intensificado. Las leyes digitales de la UE, incluida la DMA, la Ley de Servicios Digitales (DSA) y nuestras regulaciones de IA, han sido etiquetadas públicamente por algunos legisladores estadounidenses como amenazas para los intereses estadounidenses. Varios congresistas estadounidenses se han enfrentado directamente a los legisladores de la UE, incluidos comisionados y eurodiputados como yo, cuestionando la legitimidad de nuestras políticas digitales.
Además de eso, existe la amenaza de aranceles y resistencia abierta al acuerdo fiscal global de la OCDE. Esto ya no se trata simplemente del acceso al mercado; Se ha convertido en un desafío abierto a nuestra soberanía legal y económica.
El DMA no es un chip de negociación en un acuerdo transatlántico. Nuestras leyes son adoptadas democráticamente y no están a la venta. Diseñamos el DMA en primer lugar para proteger a nuestros ciudadanos y garantizar que todas las empresas, independientemente de su origen o tamaño, puedan innovar y competir de manera justa en el mercado europeo.
Este no es un arma contra los Estados Unidos: es una herramienta para la competencia abierta que beneficia a todos. Cualquier intento de diluirlo, retrasarlo o politizarlo sería una traición, no solo de valores europeos, sino de todos los innovadores y consumidores que se supone que debemos defender. En medio de estas presiones, no debemos perder de vista de qué se trata realmente el DMA.
El cumplimiento, no las multas, son el objetivo de la aplicación de DMA. Desafortunadamente, la discusión sobre las sanciones ha sido atrapada en debates sobre aranceles y tensiones comerciales. Las multas pueden parecer modestas al lado de los ingresos globales masivos de compañías como Apple y Meta, pero están diseñados como un elemento disuasorio, no como el punto final. La verdadera medida del éxito no es el tamaño de la multa, sino el cambio en el comportamiento.
La aplicación de la DMA es una obligación legal. La comisión no carece de herramientas, pero sí carece de los recursos para que coincidan con sus ambiciones. Por ejemplo, el ejecutivo de la UE actualmente tiene solo 80 personas dedicadas a trabajar en el grupo de trabajo de DMA, en comparación con los 70 grupos de trabajo, cada uno con 15 miembros, dentro de Google.
Europa debe demostrar que puede regular de manera efectiva y, lo que es más importante, hacer cumplir esas regulaciones. El DMA nunca debió ser una ley simbólica. Fue diseñado para restablecer el equilibrio de poder en la economía digital. Esto significa mostrar, clara y repetidamente, que Europa es seria.
Morder la bala para un futuro más brillante
Debemos mantener el rumbo, particularmente en los próximos meses a medida que toman forma nuevas regulaciones como la Ley de Justicia Digital y la Ley de IA en evolución. Estos no son proyectos secundarios, son fundamentales para nuestro futuro digital. El DMA es solo el primer paso.
La Comisión Europea debe intensificar y enviar un mensaje claro, que esto es solo el comienzo. Europa debe demostrar que puede hacer más que solo regular, pero que hará cumplir sin dudarlo, bajo presión y en el ojo público.
Estados Unidos también está avanzando con grandes acciones antimonopolio, incluidas llamadas recientes para romper Google para restaurar la competencia justa. Nuestros socios estadounidenses comparten el objetivo de una economía digital justa, pero debemos seguir nuestro propio camino para llegar allí.
Si parpadeamos ahora, arriesgamos nuestra credibilidad, no solo en términos de regulación digital, sino también en áreas como la protección de datos y los impuestos. No se trata solo de regulación tecnológica: se trata de qué tipo de futuro digital elegimos construir.
Es hora de que Europa no solo escriba las reglas, sino que las posea. Ya no podemos permitir el silencio o el retraso. Europa ha elegido liderar; Es hora de actuar así.
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