Salvaguardar la industria procesadora del salmón europea: un llamado a una regulación razonable
Durante la temporada navideña, un número considerable de consumidores acuden a los supermercados para comprar salmón ahumado, un manjar festivo tradicional y preciado. Sin embargo, una nueva legislación propuesta por la Comisión Europea está poniendo en peligro la calidad y el precio de este producto que tendrá un impacto significativo en el mercado europeo.
El procesamiento del salmón ocupa un lugar vital en la industria procesadora de pescado de Europa. Cada año, no menos de 300 millones de porciones de productos a base de salmón llegan a los platos de los consumidores como el suyo esta noche. Sin embargo, la última propuesta regulatoria de la Comisión Europea amenaza con perturbar esta importante industria, con posibles repercusiones en toda la cadena de suministro europea y amenazando miles de puestos de trabajo.
En el ámbito del procesamiento de pescado, un paso de producción crucial pero que a menudo se pasa por alto es el llamado endurecimiento, un proceso aplicado por los procesadores de pescado para garantizar la seguridad y la calidad de sus productos de salmón ahumado. Al llegar a las plantas procesadoras, el salmón fresco primero se filetea, pela y ahuma. Luego, el salmón procesado se somete a la etapa crítica de producción de endurecimiento, para la cual la temperatura se reduce entre -4 y -14°C para cortarlo. El endurecimiento no solo permite un corte más fácil, sino que también sirve como protección contra bacterias dañinas, incluida la tóxica Listeria monocytogenes, lo que reduce el desperdicio de alimentos y cumple con los más altos estándares de producción y salud.
El proceso de endurecimiento se aplica según directrices sectoriales ampliamente reconocidas, llamadas normas HACCP, que determinan internamente el tiempo de endurecimiento al tiempo que garantizan el cumplimiento de los requisitos de seguridad alimentaria y la flexibilidad para la producción a gran escala. Y, de hecho, las normas de higiene de la UE exigen que los operadores cuenten con estándares basados en HACCP.
Sin embargo, en diciembre, la Comisión Europea presentó un Reglamento Delegado que modifica la principal ley de la UE sobre la higiene de los alimentos de origen animal, lo que afectará negativamente las operaciones comerciales de los procesadores de salmón en Europa. El Reglamento Delegado pretende imponer un estricto límite de tiempo de 96 horas al proceso de endurecimiento. Este límite de tiempo anularía cualquier norma con un plazo más largo que durante años haya demostrado ser segura y eficiente. Si bien la supervisión regulatoria es crucial, el calendario propuesto carece del respaldo de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), una omisión que genera preocupación sobre el impacto del Reglamento en la salud pública.En los últimos meses, estas principales preocupaciones han sido planteadas por los principales actores de la industria europea de procesamiento de pescado, ya que quedó claro que la Comisión Europea no consultó a la EFSA antes de adoptar el proyecto de legislación. Si bien estudios independientes, como el llevado a cabo por el Centro de Ciencias de los Alimentos Silliker, no encontraron riesgos de seguridad asociados con un período de endurecimiento prolongado, la Comisión Europea ha decidido ignorar los llamados de la industria. No se buscó ningún otro compromiso con la EFSA durante el proceso de consulta del proyecto de ley.
A falta de un examen exhaustivo del impacto del calendario propuesto sobre la seguridad alimentaria por parte de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, la postura de la Comisión Europea parece infundada. Sin embargo, los representantes de la industria procesadora de pescado creen que una base científica sólida es esencial para evaluar la influencia del tiempo de endurecimiento en la seguridad, calidad y bienestar del consumidor de los productos pesqueros procesados.
A falta de un examen exhaustivo del impacto del calendario propuesto en la seguridad alimentaria por parte de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, la postura de la Comisión Europea parece infundada
Al imponer un calendario rígido sin respaldo científico, el Reglamento Delegado podría obligar a los principales procesadores de pescado de la UE a abandonar su método de procesamiento tradicional, comprometiendo la seguridad y la calidad de los alimentos y aumentando el desperdicio de alimentos. Además, las normas recientemente propuestas no introducen ningún período de transición que permita a la industria procesadora de pescado ajustar su entorno operativo. Esto no sólo contradeciría las prácticas industriales establecidas, sino que también pondría en peligro los puestos de trabajo de miles de trabajadores y, en última instancia, socavaría la competitividad y la sostenibilidad de los procesadores de pescado a gran escala en toda la UE.
En conclusión, la industria procesadora de pescado reitera la necesidad de una toma de decisiones basada en evidencia y una evaluación cuidadosa de las amplias implicaciones del proyecto de reglamento. La industria pesquera de otros estados miembros puede estar detrás de esta convocatoria. El procesamiento de pescado no se trata sólo de entregar un producto: mantener empleos, garantizar la seguridad alimentaria y, sobre todo, preservar la tradición para los productores y consumidores. Es primordial lograr un equilibrio entre la supervisión regulatoria y la sostenibilidad de la industria. Mientras el Parlamento Europeo y los Estados miembros deliberan sobre este asunto, les animamos encarecidamente a que consideren las consecuencias de unas regulaciones rígidas para una industria que desempeña un papel crucial en la industria alimentaria europea, los medios de vida que sustenta y la alegría que aporta a los clientes de toda Europa. , que no desean nada más que celebraciones de buen gusto para dar inicio a 2024 y los años venideros.
Polonia y Dinamarca son dos de los mayores procesadores de salmón de Europa. Juntos suministran aproximadamente el 60% del salmón ahumado al mercado europeo, lo que contribuye a convertirlos en los principales proveedores de productos de salmón procesado en el mercado interno de la UE junto con Francia, Alemania y los Países Bajos. Además, ambos sirven como mercados de exportación clave para el salmón noruego, y representan alrededor de 500.000 toneladas de las exportaciones de salmón de Noruega al año.