Autocuidad: aliado del sistema de salud más infrautilizado de Europa
¿Qué pasa si le dijimos que Europa ya tiene una solución de salud que trata más de mil millones de dolencias al año, ahorra miles de millones en gastos públicos y no requiere una cita con el médico? No es una nueva droga milagrosa o el último avance de la IA. Es algo mucho más simple: autocuidado.
El autocuidado incluye los productos cotidianos que millones de europeos usan para mantenerse bien o recuperarse rápidamente, como medicamentos sin receta como analgésicos, remedios de frío y gripe, tabletas de alergia y antiácidos; Suplementos alimenticios como vitamina D, B12, magnesio y hierro; y dispositivos médicos como condones, gotas de ojos lubricantes y la humilde pero heroica ayuda de banda. Estas herramientas capacitan a las personas para tomar la salud en sus propias manos. ¡Literalmente!
En 2024, los europeos compraron más de 4,7 mil millones de paquetes de medicamentos sin receta y 1.300 millones de paquetes de suplementos de alimentos, apoyando su salud sin apoyarse en la atención médica ya sobrecargada servicios.(1) Eso es 34 mil millones de euros en ahorros y 1.200 millones de dolencias menores resueltas sin una sola cita. ¿Todavía piensas que el autocuidado es trivial?
Sin autocuidado, Europa necesitaría 120,000 GP más, o cada uno que trabaja 2.4 horas más al día, una solicitud imposible de solicitar sistemas ya bajo tensión.
Pero aquí está la captura: el acceso al autocuidado aún depende de dónde viva. Un spray nasal o crema antimicótica que puede comprar libremente en un país, puede requerir una receta en otra. Las reglas no solo varían, se rompen. Es hora de que simplificamos el proceso de interruptor de prescripción a no prescripción y creamos un mercado interno verdaderamente en toda la UE para el autocuidado. Después de todo, ¿su dolor de cabeza realmente sabe que cruzó un borde?
Y no olvidemos la letra pequeña: la cantidad de acceso no importa, si las personas no saben cómo usarla. La alfabetización en salud es la clave para desbloquear el autocuidado responsable. Cuando las personas pueden reconocer los síntomas, elegir los tratamientos apropiados y saber cuándo consultar a un profesional, se convierten en participantes activos en la gestión de su salud. Durante la pandemia Covid-19, el autocuidado era un héroe tranquilo, manteniendo innumerables en casa, manejar síntomas leves y liberar espacio en los hospitales para aquellos que más lo necesitaban. No es un mal resultado para un paquete de paracetamol y un paciente bien informado por su farmacéutico.
Los formuladores de políticas tienen una oportunidad de oro: incrustar el autocuidado en estrategias de salud pública, armonizar la regulación e invertir en educación y herramientas digitales.
A medida que Europa avanza con la reforma del sistema de salud y la planificación de la resiliencia, se debe hacer una pregunta: ¿estamos empoderando totalmente a las personas para que se cuiden a sí mismas, o nos estamos perdiendo una de las soluciones más accesibles y rentables a nuestra disposición?
El autocuidado no es medicina secundaria, es la atención médica de primera línea. Apoya la prevención, la autonomía y la sostenibilidad. Y el futuro de salud de Europa será más fuerte cuando finalmente le prestemos la atención de la política que merece.
(1) Datos de salud del consumidor de IQVIA 2024
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