El Tribunal Supremo de la India detuvo el martes los planes de realizar un estudio para buscar reliquias hindúes en la mezquita Shahi Eidgah en la ciudad norteña de Mathura, diciendo que la solicitud presentada para el nombramiento de la comisión local era “muy vaga”.
El fallo se produce cuando los hindúes de línea dura vinculados al Partido Nacionalista Hindú Bharatiya Janata (BJP) del primer ministro Narendra Modi afirman que los invasores y gobernantes islámicos destruyeron templos hindúes durante varios siglos.
¿Qué se pretendía lograr con la encuesta?
Según la emisora india NDTV, quienes piden la encuesta afirman que la mezquita fue construida después de demoler un templo hindú anterior, diciendo que la demolición había sido ordenada por el emperador mogol Aurangzeb, que gobernó la India desde 1658 hasta su muerte en 1707.
NDTV dijo que los solicitantes de la encuesta creen que algunas tallas de loto en la mezquita junto con otros supuestos símbolos hindúes prueban que la mezquita fue construida sobre un templo.
En su fallo, el panel de dos jueces de la Corte Suprema dijo que el propósito de la comisión era demasiado confuso y agregó: “No se puede dejar todo en manos del tribunal para que lo investigue”.
El Tribunal Supremo de Allahabad, en el estado de Uttar Pradesh, donde se encuentra Mathura, permitió en diciembre pasado un estudio de la mezquita del siglo XVII, que todavía se utiliza con regularidad.
El año pasado, otro tribunal permitió un estudio similar de la centenaria mezquita Gyanvyapi en el distrito electoral de Varanasi de Modi para detectar signos de si había sido construida en el sitio de un templo hindú anterior.
Crecientes tensiones religiosas
El fallo del martes se produce cuando Modi presidirá la próxima semana la inauguración de un templo hindú clave en la ciudad de Ayodhya, también en Uttar Pradesh, que ha sido construido sobre una mezquita arrasada.
En 1992, una turba hindú destruyó la mezquita, alegando que fue construida en el lugar de nacimiento de la deidad hindú Rama y reemplazó un antiguo templo en su honor.
Se produjeron disturbios en todo el país en los que murieron 2.000 personas, la mayoría de ellas minorías musulmanas.
En 2019, la Corte Suprema entregó el terreno a los hindúes y la construcción del templo comenzó en 2020.
El gobierno de Modi ha acusado en el país y en el extranjero de seguir un curso de nacionalismo hindú de línea dura bajo el cual los musulmanes y otras minorías religiosas son discriminados.