Los estados insulares del Pacífico son cruciales para la seguridad marítima de la UE
La seguridad marítima de Europa está indisolublemente ligada a la seguridad de una región situada a 12.000 km de distancia: los estados insulares del Pacífico. Compuesta por cientos de islas que albergan países pequeños y escasamente poblados y que disponen de recursos naturales limitados, esta región podría determinar el destino de la Unión Europea y de sus ciudadanos.
Eso se debe a la esfera de influencia que tienen algunas islas del Pacífico para determinar si China, un importante rival sistémico de la UE, podrá asentar su flota en el Océano Pacífico. Tal escenario podría desencadenar consecuencias drásticas, ya que amenazaría los cimientos de la seguridad de los Estados Unidos, ya que la superpotencia occidental mantiene una gran presencia naval y aérea en el Pacífico.
La UE tiene intereses económicos vitales en el mar, que van desde el comercio hasta el suministro de petróleo y gas, por lo que si estalla un conflicto total entre EE. UU. y China en el Indo-Pacífico, los países de la UE no podrán permanecer al margen. En cambio, es probable que se les pida que brinden asistencia militar para ayudar a Estados Unidos a contener las ambiciones estratégicas de China.
Para la UE, y especialmente para los 22 Estados miembros que también son aliados de la OTAN, no habrá más alternativa que acudir en ayuda de Washington. Después de todo, Estados Unidos, el contribuyente número uno de la OTAN y la fuerza militar más poderosa del mundo, ha garantizado la seguridad de Europa durante casi 80 años.
Pero Beijing ha intensificado sus lazos diplomáticos con varios estados insulares, así como su ayuda financiera y préstamos, lo que a menudo ha resultado en una vulnerabilidad de la deuda para los países receptores.
En abril del año pasado, por ejemplo, Beijing concluyó un pacto de seguridad con las Islas Salomón, uno que permitiría a China enviar fuerzas armadas al área en ciertas situaciones.
Los lazos diplomáticos, financieros y militares más estrechos pueden persuadir a un estado insular del Pacífico a permitir que China algún día construya una base permanente en su territorio. La posibilidad de tener fuerzas chinas estacionadas frente a la costa de Australia preocupa tanto a los EE. UU. como a sus socios de ideas afines. Washington ha entendido este riesgo y firmó un acuerdo de cooperación marítima y de defensa con Papúa Nueva Guinea en mayo.
India, miembro del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (un grupo que también incluye a Australia, Japón y los EE. UU.) ha presentado un plan de 12 puntos para fortalecer los lazos con las naciones del Pacífico. Japón abrió embajadas en Vanuatu (en 2018) y Kiribati (en 2023), y un consulado en Nueva Caledonia, controlada por Francia (en 2023). Y en mayo, el gobierno australiano comprometió un paquete de 1900 millones de dólares para la seguridad en el Pacífico como parte de su presupuesto 2023-2024. Ha llegado el momento de que la UE también actúe.