Por qué la biodefencia debe estar en el corazón de la estrategia de seguridad de Europa
¿Cómo están cambiando los eventos geopolíticos recientes y nuevas realidades en Europa el enfoque de la UE a la seguridad de la salud, particularmente en relación con la preparación para la crisis?
Los choques gemelos de la pandemia de Covid-19 y la invasión rusa de Ucrania han subrayado la importancia de reducir la dependencia de Europa de las cadenas de suministro globales de bienes críticos. Este reconocimiento está configurando cómo la UE ahora aborda la seguridad de la salud.
La interrupción de las cadenas de suministro médica durante las primeras etapas de Covid-19 reveló áreas donde la capacidad de un país para responder a las emergencias de salud a gran escala podría fortalecerse, y Europa no fue la excepción. En este contexto, la autonomía estratégica se ha convertido en sinónimo de resiliencia.
Para patógenos altamente contagiosos, donde el tiempo de respuesta es crítico, tener acceso inmediato a contramedidas médicas podría ser la diferencia entre contención y catástrofe.
Para amenazas biológicas como la viruela y el ántrax, que representan una combinación única de alta transmisibilidad y mortalidad, la urgencia es aún mayor. Asegurar que las vacunas y los antivirales se almacenen estratégicamente en los Estados miembros de la UE es fundamental no solo para el despliegue rápido durante una crisis, sino también para mantener la disuasión contra las amenazas biológicas.
En SIGA, vemos el almacenamiento como un componente clave de la autonomía estratégica, crucial para garantizar la preparación en la respuesta de crisis. Este cambio de la UE hacia el avance de su preparación, impulsada por las asociaciones público-privadas, los marcos de adquisición y la preparación regulatoria, es alentador y esencial.
Para patógenos altamente contagiosos, donde el tiempo de respuesta es crítico, tener acceso inmediato a contramedidas médicas podría ser la diferencia entre contención y catástrofe.
¿Cómo ha impactado la integración de la biodefencia en el conflicto armado y la inestabilidad regional en la biodefencia en la estrategia de seguridad más amplia de la UE?
Durante décadas, la UE se ha centrado principalmente en la integración económica y política. Pero el resurgimiento del conflicto militar en el continente ha reforzado la realidad de que la defensa no puede tratarse como una preocupación secundaria.
En esta recalibración más amplia, las amenazas biológicas deben incluirse en las evaluaciones de amenazas militares. La biodefencia, una vez considerada un nicho o un problema hipotético, ahora es un pilar esencial de la estrategia de seguridad moderna. Los patógenos altamente peligrosos, ya sea reemergiendo a través de la liberación accidental, la biología sintética o el arma, representan una amenaza significativa para la seguridad pública, la estabilidad económica y la preparación militar.
La integración de la biodefencia en la planificación estratégica de la UE significa comprometerse con las herramientas e infraestructura que la sustituye: sistemas de detección, almacenamiento de contramedidas, logística de implementación rápida y experiencia científica. También significa volver a visitar marcos para la adquisición conjunta y el almacenamiento cooperativo entre los Estados miembros.
La reciente elevación de defensa de la UE, incluida la biodefencia, a través de nombramientos del comisionado y la liberación de la estrategia de preparación de la UE, son señales de que este cambio está en marcha. El siguiente paso sería incrustar completamente la biodefencia en la doctrina civil y militar de la UE.
Esta integración requerirá no solo una planificación estratégica sino también un compromiso financiero sostenido, lo que garantiza que las capacidades de biodefencia tengan recursos adecuados junto con iniciativas de seguridad convencionales.
La próxima revisión del Marco Financiero Multianual (MFF) de la UE ofrece una oportunidad oportuna para incluir explícitamente las inversiones de biodefencia junto con el gasto militar convencional, asegurando que esta capacidad crítica sea apropiadamente recursos para la colaboración civil y militar en la respuesta a las amenazas biológicas.
¿Cómo debería la UE basarse en estos desarrollos para mejorar sus capacidades de biodefencia?
Los nombramientos de comisionados para la defensa y para la preparación de crisis son hitos importantes que reflejan un despertar más amplio a la complejidad de las amenazas modernas. Ahora la pregunta es cómo traducir este impulso político en capacidades del mundo real.
Para la biodefencia, la UE podría establecer un marco unificado e interoperable para la preparación que abarca todos los Estados miembros. Esto incluye no solo la adquisición armonizada y las vías regulatorias, sino también los acuerdos de fabricación previamente negociados con la industria, el despliegue hacia adelante de contramedidas y ejercicios de capacitación integrados, incluidos civiles y personal militar.
Una autoridad centralizada o un mecanismo de coordinación para supervisar la planificación de biodefencia mejoraría la cohesión y la responsabilidad. La estrategia de preparación para la crisis de la UE recientemente publicada y la próxima estrategia de contramedidas médicas y la estrategia de almacenamiento representan una base excelente, pero la implementación será clave.
Siga ha visto de primera mano la importancia del compromiso sostenido con los socios públicos en los Estados Unidos a través del Proyecto BioShield y la Autoridad Biomédica de Investigación y Desarrollo Avanzado (BARDA). Barda ha proporcionado un modelo para la Autoridad de Preparación y Respuesta de Emergencia de Salud de Europa (HERA) al mostrar cómo las asociaciones públicas-privadas sostenidas, respaldadas por financiamiento de varios años y mecanismos de contratación flexibles, pueden impulsar el desarrollo y la preparación de las contramedidas médicas en colaboración con la industria.
Esto requiere establecer mecanismos de financiación claros y predecibles y marcos de contratación ágiles dentro de la UE que incentivan la inversión y la colaboración de la industria en el desarrollo y ampliación de la producción de contramedidas vitales.
Europa puede adoptar modelos similares para garantizar que la industria pueda producir y entregar de manera confiable cuando más importa. BioDefence no es un interruptor para voltear durante una crisis, es una capacidad que debe construirse, probarse y recursos por adelantado.
Mirando hacia el futuro, ¿qué mejores prácticas en su opinión deben considerar la UE para garantizar la preparación contra posibles pandemias o eventos de bioterrorismo?
Las pandemias y el bioterrorismo son amenazas de bajo impacto y de baja probabilidad, pero cuando se trata de riesgos biológicos, la baja probabilidad no debe tratarse como baja prioridad.
La UE podría comenzar estableciendo una iniciativa de biodefencia dedicada que incluya una evaluación de amenazas común entre los Estados miembros, alineados con los objetivos más amplios de la próxima estrategia de contramedidas médicas y la estrategia de almacenamiento.
La columna vertebral de esta postura de preparación podría incluir la creación de reservas regionales de vacunas y antivirales aprobados, distribuidos estratégicamente para garantizar un acceso equitativo y una respuesta rápida. Los productos de doble uso con aplicaciones civiles y militares, especialmente aquellos con múltiples indicaciones, deben priorizarse debido a su utilidad más amplia en escenarios de crisis.
Pero las reservas solas no son suficientes. La UE también puede considerar desarrollar protocolos de transporte y despliegue y establecer marcos para la colaboración internacional. Tales pasos permitirían a Europa actuar decisivamente en las primeras horas cruciales de un brote.
Además, financiar la I + D en curso en contramedidas y diagnósticos médicos de próxima generación ayudaría a garantizar que se mantenga por delante de las amenazas de evolución.
Por último, los ejercicios de campo regulares que involucran a civiles y unidades militares serán esenciales para identificar desafíos logísticos y validar los planes de respuesta.
La preparación contra las amenazas biológicas requerirá coordinación, recursos y resolución. Pero como ha demostrado Covid-19, el costo de la inacción excede con creces la inversión requerida para prepararse.
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