“Estoy trabajando sin parar, porque para mí esta es una final. Según el mandato dado por la ley, esta es mi última elección”.
Estas palabras, pronunciadas por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, antes de las próximas elecciones locales, causaron revuelo en Occidente. Agencias de noticias informaron que el líder se despedía y anunciaba su “retirada” de la política.
En Turquía, por el contrario, las palabras de Erdogan provocaron burlas. En las redes sociales, los comentaristas debatían cuántas veces había anunciado ya su partida: ¿dos, tres o incluso cuatro veces?
Hakki Tas, politólogo del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales, se mostró igualmente escéptico. “En 2009, dijo que serían sus últimas elecciones; en 2012, dijo que sería la última vez que se postularía para la presidencia del partido; y en 2023, prometió que sería la última vez que pediría el apoyo de los votantes antes de entregar el testigo. a la generación más joven”, explica Tas a JJCC.
Después de cada victoria electoral, Erdogan avanzó en su agenda y amplió su poder político. Hoy es más poderoso que nunca: el primer jefe de Estado que también encabeza el gobierno y dirige su partido.
Tas cree que el anuncio de Erdogan es una maniobra táctica, una forma de movilizar a sus seguidores, que se sienten conectados emocionalmente con el presidente, y pedirles su confianza.
Erdogan en el poder desde hace más de dos décadas
En los últimos diez años, Turquía ha celebrado innumerables referendos, elecciones parlamentarias, locales y presidenciales: la clase política, la sociedad turca y la economía pasaron de una campaña electoral a otra.
La situación debería calmarse después de las elecciones locales del 31 de marzo, al menos por un tiempo. Si no se convocan elecciones parlamentarias o presidenciales anticipadas, Erdogan podría gobernar hasta 2028. Si a su partido le va bien en las elecciones locales, los observadores creen que Erdogan planea ampliar aún más sus poderes, cambiar la constitución si es posible y reflexionar sobre su posible sucesor. Para ello, necesita el respaldo de grandes ciudades como Estambul, Ankara, Esmirna y Antalya, ya que representan casi la mitad de la producción económica del país.
La mayor parte de la campaña se centrará en Estambul, una metrópolis de 17 millones de habitantes. Las encuestas allí predicen una carrera reñida. La ciudad ha sido gobernada por el opositor Partido Popular Republicano, o CHP, desde 2019, y el alcalde Ekrem Imamoglu aspira a la reelección. El hombre de 52 años es conocido en todo el país y hasta ahora ha llevado a cabo una exitosa campaña electoral.
Mientras tanto, Murat Kurum, del partido gobernante AKP de Erodgan, ha carecido de un impulso real en su campaña electoral. Aunque Kurum fue ministro federal de Medio Ambiente, Planificación Urbana y Clima durante cinco años, es relativamente desconocido. Desde que se introdujo el sistema presidencial en Turquía, los miembros del gabinete se han visto un tanto eclipsados por Erdogan. El presidente ha acaparado la atención y pocos ciudadanos conocen a los miembros de su gabinete.
En la capital turca, Ankara, el candidato del AKP, Turgut Altinok, también va a la zaga. El actual presidente Mansur Yavas del CHP tiene una estrecha ventaja, según las últimas encuestas.
En un intento por apoyar a los candidatos de su partido AKP, Erdogan se ha sumado a la campaña electoral. En las últimas semanas, el presidente ha ido de un evento importante a otro, pronunciando discursos y animando al público como si él mismo se presentara a las elecciones.
“Quien gane Estambul, gana el país”
Erdogan conoce la importancia de Estambul en la política turca. Después de todo, su propia carrera política comenzó en la ciudad, donde fue alcalde de 1994 a 1998. De hecho, hay un dicho que dice que “quien gana Estambul, gana el país”.
Las áreas metropolitanas también son importantes para asegurar lealtades. Después de que el AKP de Erdogan perdiera el control de varias ciudades en 2019, salió a la luz que el partido había estado instalando a personas afiliadas al partido en puestos municipales durante años. Se adjudicaron numerosos contratos importantes a empresarios leales al partido AKP, y se otorgaron privilegios especiales a hermandades nacionalistas e islamistas con estrechos vínculos con el gobierno.
El experto en Turquía Tas cree que una victoria del AKP en las próximas elecciones aumentaría la confianza del partido en sí mismo. Cualquier logro electoral sería visto como un apoyo a la agenda general del gobierno nacional, animándolo a seguir adelante con políticas cada vez más radicales.
¿Quién podría suceder a Erdogan?
Aunque pocos ciudadanos creen realmente en los planes de Erdogan de retirarse, se habla cada vez más de quién podría ser algún día su sucesor. Recientemente, han aparecido fotografías y vídeos que muestran al hombre de 70 años con aspecto apático y con mala salud.
Tras el fracaso de su yerno mayor, Berat Albayrak, para permanecer en el poder como ministro de Finanzas, muchos sospechan que Erdogan está preparando a su hijo Bilal Erdogan o a su yerno más joven, el fabricante de armas Selcuk Bayraktar, para sucederlo.
Pero no todos creen que podrían liderar el partido AKP con tanto éxito como Erdogan. “Ya casi no queda ningún partido, todo gira en torno a Erdogan”, afirmó Tas.
Mientras tanto, el periodista turco Ragip Soylu dijo en la plataforma de redes sociales X que pueden pasar muchas cosas hasta las elecciones presidenciales de 2028. En los próximos años, Erdogan podría cambiar de opinión unas cuantas veces más o incluso intentar cambiar la Constitución, que actualmente limita a los presidentes a dos mandatos, dijo Soylu.
De hecho, el partido AKP de Erdogan está trabajando para hacer posible un tercer mandato. Sin embargo, actualmente carece de los 40 escaños parlamentarios necesarios para realizar una enmienda constitucional o convocar elecciones anticipadas. Y no está claro si, en este momento, el partido podrá obtener el apoyo de algunos partidos de oposición más pequeños para realizar este cambio significativo.